Guy Delisle (Quebec, 1966), animador, dibujante y novelista gráfico, viaja anualmente a un país diferente, ya que su mujer trabaja en Médicos Sin Fronteras. Mientras ella labora en la parte administrativa de la organización, Delisle realiza una crónica dibujada de lo vivido en cada viaje. Así, el artista ha publicado Pyonyang (2003), Shenzhen (2008), Crónicas Birmanas (2008) y Crónicas de Jerusalén (2011), todas publicadas en español por Astiberri Ediciones.
En Crónicas de Jerusalén (2012), Delisle hace uso de colores opacos y un trazo sencillo pero muy estudiado y trabajado. La construcción de las páginas se compone de viñetas en apariencia simples, pero estéticamente hermosas. El autor usa recursos visuales que le permiten representar a su antojo tanto edificios milenarios de la zona, como barrios, transportes, personas, ambientes y máquinas, de modo que su trabajo gráfico cumple perfectamente con el objetivo de narrar, desde su perspectiva, sus andanzas por Jerusalén, donde conviven el judaísmo, el cristianismo y el Islam.
De esta manera, Delisle lleva de la mano al lector a través de 334 páginas que conforman esta novela gráfica, nutridas por las memorias su vida en el Estado de Israel, en la ciudad conocida por los árabes como Al-Quds, y en lugares cercanos que se traslapan con los territorios en disputa.
En esta obra, el artista prefiere concentrarse en los problemas y actividades que surgen de la vida cotidiana, como enfrentarse a embotellamientos de tránsito para recoger a los niños del colegio o perder las llaves del automóvil. Aun así, la narración gráfica se extiende a las impresionantes y letales maniobras del ejército israelí contra los palestinos; al choque cultural de las costumbres y las religiones; a la peligrosidad del fanatismo y la intolerancia, y a la denuncia del abuso de poder por parte de unos y de otros.
Asimismo, el canadiense trata varios hechos de trascendencia social, histórica y religiosa. Por ejemplo, conoce a los samaritanos, una de las comunidades más antiguas y pequeñas del mundo, instalados en las afueras de Nablús, junto al monte Garizim, que consideran el lugar más sagrado de esas tierras.
Fascinante tanto para el lector de cómics neófito como para el conocedor, ya sea versado o no en historia o religión, Crónicas de Jerusalén es una obra que debe leerse. No por nada ganó el premio al Mejor Álbum en el Salón Internacional del Cómic de Angoulême en 2012.
Sello: Astiberri Ediciones
Formato: Cartoné (pasta dura), 336 páginas a color
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