Realmente es una pena que los lectores de cómics de este lado del mundo no conozcamos obras tan excelentes como Blast: Bola de grasa, de Manu Larcenet. Como acostumbran muchos autores europeos, Larcenet utiliza un estilo de dibujo muy personal, aparentemente sencillo y caricaturesco, sin embargo, después de años de práctica, luce perfectamente estudiado y trabajado, por lo que transmite a la perfección las emociones que desea proyectar.
La mayoría de las más de 200 páginas que constituyen el primer volumen de esta titánica labor del noveno arte, no contiene diálogos, y las palabras que encontramos son precisas e impecables. Diálogos que alcanzan altas cotas situadas entre la poesía y la filosofía, que se empalman en una danza de imágenes en blanco, negro y escala de grises, logrados gracias a la tinta diluida con agua, y contrastadas con los colores del arco iris en poquísimas páginas.
En este volumen, que en 2010 ganó el reconocimiento de las librerías francesas a la mejor obra del año, Larcenet nos sumerge en la mente y las memorias de Pozla, un hombre de 38 años, atrapado en un cuerpo bastante obeso.
Condicionado desde niño por esta situación física, Pozla se ve orillado a narrar la historia de su vida. Se dice que las cosas que parecen sencillas son las más difíciles de hacer, y es el caso de esta lectura, que se disfruta con la misma facilidad con la que podemos beber una botella de agua.
El autor hace uso de sus habilidades para ofrecernos una gran obra del cómic, construyendo un protagonista digno del psicoanálisis más completo. A pesar de su apariencia rechoncha y por momentos tierna, Pozla es físicamente fuerte y, al mismo tiempo, una especie de genio de la palabra, de la introspección. Con estas habilidades describe sus motivaciones y las circunstancias que lo llevaron al Blast, una suerte de momento de iluminación que alcanzó gracias a la mezcla de su propia angustia, ansiedad y estrés, con el alcohol y las golosinas.
Al descubrir el Blast, Pozla, quien se dedicaba a escribir sobre gastronomía, decide dejar casi todo y emprender un viaje para conectarse con la naturaleza exterior e interior, quizá en busca de otro momento de iluminación, para escapar de sí y, por contradictorio que parezca, para encontrarse a sí mismo.
Sin embargo todo viajero debe pagar un precio por su pasaje.
Sello: Norma Editorial
Formato: Cartoné (pasta dura)
Páginas: 208 páginas en blanco, negro y color
Fecha de publicación: abril de 2010
Precio: $700 pesos en Global Comics (Vicente Suárez 114, Condesa, Metro Juanacatlán, CDMX), en su tienda online o por medio del correo globalcomicscondesa@gmail.com
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