Por Alberto Calvo
John Marc DeMatteis (Spider-Man: Kraven’s Last Hunt, Justice League International, Brooklyn Dreams, Moonshadow) es un escritor con una prolífica carrera que abarca ya más de cuarenta años escribiendo para casi todas las editoriales existentes (además de una que otra ya desaparecida) en el cómic estadounidense. Admirado y respetado por su trabajo con los principales personajes tanto de Marvel como de DC Comics, premiado y aclamado por ello y por sus más personales obras de autor, The Girl in the Bay, la más reciente de estas últimas, es un buen ejemplo de hacia donde apuntan muchas de sus sensibilidades narrativas.
1969. Kathy Sartory es una adolescente rebelde e idealista que vive con sus conservadores padres en Brooklyn, Nueva York. Una de sus acostumbradas y secretas escapadas nocturnas al lado de sus amigas tiene un siniestro desenlace luego de que, tras sentirse mal en un bar y salir a tomar un poco de aire fresco, es abordada por un joven de nombre Hugh, con quien parece compartir un íntimo momento de identificación y mutua atracción. Pero se trata de una emoción efímera, pues su primer beso es seguido de inmediato por una puñalada de parte de Hugh, quien lanza a Kathy a las frías aguas de la bahía de Sheepshead.
Herida y sin fuerzas para pelear por su vida, Kathy se hunde y parece sufrir alucinaciones bajo el agua mientras se pregunta qué pasará primero, si morirá ahogada o se desangrará a causa de su herida. Para su sorpresa, una mano la sujeta y la ayuda a volver a la superficie. Tras un poco de esfuerzo se arrastra hasta la orilla, preocupada, pues es de día y sus padres ya deben haber notado su ausencia. Confundida, empieza a caminar hacia su casa, sin percatarse de que ya no sangra.
Sin tiempo para reponerse de lo que le ha sucedido, Kathy se lleva una serie de sorpresas que la dejan aún más confundida. Han pasado cincuenta años desde la noche en que fue atacada y su familia ya no vive en el vecindario, pero tal vez lo más espeluznante es el descubrimiento de que nadie la echó de menos pues otra Kathy ha vivido en su lugar a lo largo de todo este tiempo. ¿Quién es esta impostora que usurpó su vida? ¿Qué pasó realmente la noche en que fue atacada? ¿Quién era Hugh y qué pretendía? ¿Cómo puede recuperar su vida?
The Girl in the Bay fue publicada originalmente en 2019 como una miniserie de cuatro números por Berger Books, sello de cómics de autor de Dark Horse Comics, curado y editado por la legendaria Karen Berger, fundadora de Vertigo para DC y una de las editoras más respetadas de la industria del cómic estadounidense. La historia de DeMatteis es hermosamente ilustrada por Corin Howell (Transformers, Ghostbusters), cuyo trabajo es complementado por una evocativa y vibrante paleta de color, obra de James Devlin y por el rotulado del experimentado Clem Robins. El tomo recopilatorio está disponible desde septiembre pasado.
Más arriba mencioné las sensibilidades narrativas de DeMatteis, autor que a lo largo de su carrera se ha caracterizado por su talento y habilidad para dotar a sus personajes de sentimientos y personalidad propios, algo que ha desplegado en títulos como Spider-Man y Justice League International, mostrando además gran rango de historias que funcionan en gran variedad de géneros. En su obra más personal, suele además incluir elementos reflexivos, meditando sobre el espíritu humano y su conexión con el universo, y justo esa vertiente de ideas es explorada en esta historia.
Mientras Kathy trata de desenmarañar el misterio detrás de su tiempo perdido, tiene visiones, se encuentra con fantasmas de su pasado, y confronta no sólo a su presunto asesino, sino también al espectro de lo que pudo haber sido su vida, de una forma que en manos de un escritor menos capaz pudo haber resultado demasiado pretencioso e innecesariamente complejo. DeMatteis entremezcla su historia de misterio con elementos metafísicos e incluso un poco de temas sobre magia y espiritualidad para contar la historia de una chica en busca de su lugar en un mundo que parece haberla descartado y dejado atrás.
No estaba familiarizado con el trabajo de Howell, y debo decir que resultó una grata sorpresa. Su trazo es limpio pero detallado, con una balanceada mezcla de realismo y naturalidad que mantiene un aire de ilustración para libros infantiles, y esas características se ajustan a la perfección a la clase de historia que nos están contando. También es digno de mención el impecable trabajo de color de Devlin, pues el uso de una paleta clara de colores brillantes no sólo ayuda a resaltar el limpio trazo de Howell, sino que el manejo de los detalles y toques de luz para los elementos… llamémosles mágicos, funciona a la perfección.
Supongo que algunos lectores pueden hallar frustrante la experiencia de enfrentar un misterio que en vez de desenmarañarse parece volverse aún más complejo al integrar estos elementos que lo llevan a uno a cuestionarse si se trata de magia, elementos sobrenaturales, o simple locura de la protagonista, o si se trata de algo distinto, pero si son pacientes y aceptan los momentos más grotescos o aquellos que incluso les pueden parecer tontos, creo que pueden llevarse una grata sorpresa con esta historia.
A fin de cuentas, The Girl in the Bay es un emotivo misterio lleno de momentos que invitan a la meditación, donde acompañamos en un viaje de autodescubrimiento a una protagonista con quien no es difícil empatizar a pesar de lo inusual de su situación. Quizás no sea la clase de historia que resulta del agrado de todo mundo, pero les garantizo que si le dan una oportunidad podrían llevarse una grata sorpresa. Sin duda una lectura bastante recomendable.