Pavel Ortega, artista ganador del Primer Concurso de Novela Gráfica, convocado por el Instituto Municipal de Arte y Cultura y la Biblioteca Central de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), presenta su versión de El Principito, basada en el relato homónimo de Antoine de Saint-Exupéry, el cual revisita con un trabajo completamente diferente a lo que conocemos de esta inmortal obra de la literatura universal.
El piloto varado en el desierto y el Pequeño Príncipe se enfrentan a nuevas situaciones, menos metafóricas y más mundanas. Escalofriantemente mundanas. Si bien las primeras viñetas ofrecen imágenes de la obra tal y como la conocemos, al pasar las páginas vamos encontrando una nueva visión, mucho menos amable, de la historia. El Piloto y El Principito se enfrentan a seres que representan al imperialismo y a la sociedad de consumo, con la guerra y la muerte como única política válida.
En esta obra publicada por La Cifra Editorial y el Instituto Municipal de Cultura de Puebla-Editorial 3 Norte, la corrupción y el poder del dinero en un régimen impuesto por un grupo de soldados que convirtieron el agua en veneno para su industrialización y venta como producto de consumo masivo bajo la forma de un refresco llamado Mierda-Cola, son los enemigos a quienes deben enfrentarse el piloto, el niño y el zorro.
Su desventaja es evidente y tras ser apresados, sólo uno logra llegar con vida a la cárcel, aunque esto no evita que el sobreviviente sea ayudado por la presencia espiritual de sus amigos, lo que recupera la esencia de la obra original, que demuestra que la libertad es un sueño que puede alcanzarse.
Cabe decir que esta versión de El Principito es una historieta de largo aliento que carece casi en su totalidad de globos de texto.
Posts relacionados
+ Salón Destino: de baile y narrativa gráfica
+ El Investigador Fantasma: caos y equilibrio
+ México debe apostar por la novela gráfica: agregado cultural de Francia