Por Jorge Tovalín
Como muchos mexicanos, crecí en una familia católica, de las que asisten a misa cada semana, sin falla. Cursé la primaria y la secundaria en una escuela marista, donde nos prepararon para la Primera Comunión. Asistí a misa dominical para niños por varios años, así como a numerosas representaciones del Viacrucis.
Con el paso de los años, aunque dejé de confiar en la Iglesia como institución, no dejé de creer en Dios. Disfrutaba ir a misa con mi familia, no tanto por lo que el párroco dijera frente a los fieles, sino porque era el único momento en que podía estar junto con mis seres queridos, en un momento de reflexión. Luego me casé por la Iglesia y tiempo después me convertí en padrino de bautizo de una hermosa niña de nombre Gabrielle.
Cuando leí que Panini publicaría en México una miniserie titulada Judas, en la que el personaje bíblico se cuestiona su injusto papel en la historia de Jesús (cosa que en algún momento me pregunté de adolescente, pues me parecía mal que alguien estuviera predestinado a ser un villano), mi curiosidad estalló. Tiempo después, gracias a una atención de Panini con diversos medios especializados, recibí el hermoso tomo compilatorio, que leí ese mismo día.
Publicada originalmente en cuatro números por BOOM! Comics entre diciembre de 2017 y marzo de 2018, Judas narra lo sucedido justo después de la muerte de Jesús y del suicidio del apóstol traidor.
Debo confesar que, tras leer las primeras páginas, temí que simplemente se tratara de un cómic que quisiera ridiculizar la historia bíblica. Sin embargo, al seguir leyendo, me encontré con una historia increíblemente emotiva, cuyos principales temas son la aceptación del destino, así como la redención, el amor y la amistad. Al momento la he releído dos veces más.
Con un arte impresionante del polaco Jakub Rebelka, el escritor Jeff Loveness logra despertar la empatía de los lectores hacia Judas, uno de los villanos históricos por excelencia (haya existido o no). Retomando algunos pasajes bíblicos del Antiguo y del Nuevo Testamento, Loveness muestra la forma en que Judas se une a los discípulos de Jesús, de quien poco a poco se decepciona, tras no comprender por qué no utiliza sus poderes celestiales para poner fin a los problemas del mundo.
En este cómic, tras vender a Jesús a los romanos, Judas se ahorca, llegando de forma instantánea al Infierno, donde se encuentra con Luzbel, quien le explica que, lejos de lo planeado, Jesús también será condenado a pasar la eternidad en el Inframundo, pues carga con un único pecado que le impedirá ascender al Cielo. Es por ello que Judas decide sumergirse en el rincón más oscuro del Infierno para encontrar a Jesús.
Recomendar (y publicar) un cómic con trasfondo bíblico podría parecer riesgoso, poco interesante o incluso aburrido en pleno 2019, pero lo logrado por Loveness y Rebelka en tan pocos números es en verdad sorprendente. No importa si eres ateo o creyente, Judas es una lectura que te dejará recapacitando y que terminarás por recomendar a otros lectores. No se puede dar mucho más detalle de la historia sin arruinarla, pero aprovecho para recomendarles la atinada reseña escrita por mi amigo Alberto Calvo, coeditor de Comikaze.
Publicada por Panini en febrero de 2019 y traducida por Alfredo Villegas, Judas tiene un precio de $199 pesos, pero su calidad como obra bien vale treinta monedas de plata.
Sobre los autores
Actor, escritor y director, Jeff Loveness ha escrito para series y programas televisivos como Rick and Morty, Jimmy Kimmel Live; medios como The Onion, y The New Yorker; las editoriales Marvel Comics y Aftershock Comics, así como para la entrega del Oscar y del Emmy.
A su vez, Jakub Rebelka, quien trabaja tanto con técnicas tradicionales como digitales, debutó en el medio del cómic en 1997, con tan sólo 15 años, ganando dos años consecutivos el Gran Premio Juvenil en el Festival Internacional del Cómic de Polonia. Además de ser muralista, ha creado arte para videojuegos como The Witcher 2: Assassins of Kings y Shadow Warrior. Su primer trabajo para la industria del cómic en Estados Unidos fue una portada para Doctor Strange (2015).
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