Por Everardo Ferrer. Publicado originamente en Comikaze #10 (octubre de 2010)
Es innegable la importancia y el peso que tiene Will Eisner para la industria del cómic, y es que no por nada es considerado el padre de cómic norteamericano, ya que sembró las bases de prácticamente todo lo que conforma la narrativa gráfica como la conocemos.
William Erwin Eisner nació el 6 de marzo de 1917 en Brooklyn, Nueva York, lugar que influiría marcadamente su obra a lo largo de toda su carrera. Su trabajo ha destacado desde los años treinta, época que vio nacer el lado más prolífico del historietismo, el cómic de superhéroes, pero Eisner no se dejó seducir por esta faceta de la industria, aunque sí llegó a trabajar con algunos personajes superheroicos.
Para la revista WOW What a Magazine!, de cortísima vida y en la que llegó a colaborar con su compañero de escuela Robert “Bob” Kane, trabajó en historietas de diferente corte; de aventuras, con Captain Scott Dalton; de piratas, con The Flame o de espionaje, como Harry Karry. Curiosamente, como se estilaba en la época, Eisner firmaba sus trabajos con seudónimos como Erwin o Bill Rensie.
Al cancelar WOW, Eisner se asoció con quien fuera su editor, Samuel “Jerry” Iger para fundar el famoso Eisner & Iger Studio, un taller artístico que produjo gran cantidad de comics, muchos de los cuales se publicaron directamente en el mercado extranjero antes de contar con una edición americana, y eran distribuidos al exterior por los que más tarde se convirtió en Editors Press Syndicate.
En este lapso Eisner continuó con sus creaciones, ya fuera como autor completo o escribiendo para otros dibujantes, con historias variadas de entre las que destacan Hawks of the Seas, de ambiente filibustero, y Sheena, respuesta femenina a Tarzán que fuera dibujada por Mort Meskin. Cabe señalar que por este taller pasó además de Kane, Jack Kurtzberg, quien tiempo después se convirtió en Jack ‘El Rey’ Kirby.
Otras creaciones de Eisner serían K-51, de intriga; Muss’ Em Up Donovan, acerca de un justiciero; The Brothers Three, de misterio; Black Ace, de espionaje (la cual posteriormente se convirtió en Espionage Starring The Black X), y Wild Tex Martin, un western. Todos estos títulos fueron presentados en diferentes publicaciones, pues el estudio ofrecía sus servicios a varias casas editoriales.
Los personajes superheroicos creados por Eisner fueron Wonder Man, Doll Man, dibujado por Lou Fine al igual que Black Condor, Uncle Sam y The Ray. Al dividirse el estudio, Iger y un grupo de colaboradores se pasaron a Fiction House, mientras que Eisner y su equipo se trasladaronn a Quality. En el inter, Eisner recibió una propuesta interesante: crear un suplemento dominical a todo color a manera de cómic, para distribuirlo a través de algunos periódicos. El 2 de Junio de 1940 hizo su primera aparición The Spirit, y la historia del cómic jamás volvió a ser la misma.
El espíritu del cómic
En este suplemento se incluían las historietas de Lady Luck, con guión de Eisner y dibujo de Chuck Mazoujian; Mr. Mystic, de Eisner con dibujos de Bob Powell, y The Spirit, que se convirtió en el personaje insignia de Will Eisner. Heredero de los pulps, los seriales de radio y la novela negra, The Spirit cuenta la historia de Denny Colt, un criminalista que al perseguir y tratar de detener a Cobra, un científico loco, es rociado por la sustancia con la que el villano pretende perpetrar sus malévolos planes, y es declarado muerto en el lugar de los hechos.
Colt es sepultado en el cementerio de Wildwood, y despierta de la catalepsia que le provocó la sustancia de Cobra. Al saberse oficialmente muerto, decide aprovechar la situación y crearse una nueva identidad, y al morir Denny Colt nace El Spirit. Con esta serie Eisner comienza a experimentar con el arte secuencial, utilizando encuadres que rompían completamente con la rigidez de los paneles, creando además las splash-pages, que son las viñetas presentadas en una sola página y en las que el autor se las ingeniaba para presentar en cada entrega el nombre de Spirit formando parte de la ambientación, logrando un gran atractivo visual.
Spirit no podía evitar la influencia superheroica, y por eso le creó un némesis con la identidad de Octopus, además de que en esa primera época contaba con algunos artefactos para su lucha contra el crimen, entre los que sobresalía un auto volador, que después se convirtió en algo innecesario debido a que la temática del cómic era mas bien noir. El Spirit se convirtió en tira diaria partir de octubre de 1941. Eisner no tuvo gran participación en ese rubro debido a que Estados Unidos entró a la Segunda Guerra Mundial y tuvo que enlistarse en el ejercito.
El artista permaneció en servicio desde 1942, trabajando en diseños de carteles y cómics explicativos, de preparación y propagandísticos, con lo que cambió su visión de hacer comics al considerar que podían servir para algo más que sólo entretener. Spirit se siguió publicando, pues era realizado por el equipo de Eisner, entre los que se encontraban Lou Fine, Wally Wood y Joe Kubert. Eisner volvió al finalizar la guerra, en 1945, y la experiencia adquirida en el ejercito lo preparó para dotar de nueva vida al Spirit.
Y en efecto, el trabajo de Eisner era muy superior a como lo había dejado antes de su partida. Su arte era sencillamente impresionante, pues mientras la mayoría de los comics en el mercado editorial eran monos malhechos, Eisner nos regalaba una calidad asombrosa, con encuadres, perspectiva, luces y sombras nunca antes vistos, además de que las historias, realizadas a lo largo de apenas siete páginas tenían un principio, un desarrollo y un fin interesantísimos, entendemos por qué se considera a Will Eisner en un maestro indiscutible de la narrativa gráfica.
El Spirit era soportado por un bien cimentado grupo de personajes de reparto: el comisario Dolan, su mas valioso aliado; Ellen, su eterna enamorada, o Ebony, su fiel escudero, quienes compartían las aventuras de este justiciero enmascarado, que en muchas veces se convertía en un personaje marginal, dejando el protagonismo a los demás personajes, de entre los que la misma Central City formaba parte.
Mucha gente coincide en que Eisner usaba a El Spirit como pretexto para contar las historias que realmente quería contar. Si bien el espíritu noir permeaba la mayor parte de las historias del personaje, también existían relatos de alto contenido humano y social, de fantasía, horror y hasta de ciencia ficción, todos enriquecidos con un toque de humor que nunca fue excesivo. La violencia se manejaba sin ningún tipo de dosificador. Los balazos y los muertos estaban a la orden del día y el Spirit terminaba prácticamente todas sus aventuras con las ropas destrozadas debido a los encuentros violentos que sostenía con sus contrincantes.
Un apartado importante de las historias de Spirit y que formó parte de los personajes de reparto, ya sea con una sola aparición o de uso recurrente, pero todas ellas con un papel de peso dentro de la saga, fueron las femmes fatale, vampiresas arrancadas del cine negro, bellas y malignas, quienes aumentaban el interés de los lectores al ser representadas de manera magistral por el pincel de Eisner, bellezas encabezadas por P`Gell, Silk Satin, Skinny Bones, Lorelei Rox, Silken Floss, Thorne Srtrand, Autumn Mews o Sand Saref. Por todo esto y mucho más, el Spirit es un clásico del cómic universal.
Sin embargo, su trayectoria como historieta semanal se fue apagando. Primero el suplemento se redujo a sólo ocho páginas, cuando se convirtió en The Spirit Section, y terminó cancelándose en septiembre de 1952, cuando Will Eisner ya dedicaba la mayor parte del tiempo a su empresa, la American Visuals Corporation, por lo que ya no podía hacerse cargo de su creación.
En 1966 el semanario New York Magazine dedicó un número al tema de los cómics, destacando la obra de Eisner, y fue tanto el interés del autor por el rescate del personaje, que realizó cinco nuevas páginas de The Spirit, lo que ocasionó que se lanzara una nueva edición que, aunque no pasó de dos números, sirvió para despertar el interés de nuevos lectores para conocer de primera mano esta obra puntal del comic americano.
En 1973 Kitchen Sink reeditó The Spirit de manera cronológica y a todo color, y en 1974, Eisner ofreció el título a Warren, lo que dio origen a Spirit Magazine, en el mismo formato de Creepy, Eerie o Vampirella, con las historias publicadas en blanco y negro debido a la dificultad que representaba el igualar el color original y a que muchas de las historias ya no contaban con sus plantillas de color, pero esto en vez de afectar la obra, permitía apreciar de manera directa el trabajo de Eisner, destacando el genial claroscuro y el alto contraste de esta obra sin igual.
En 1983, Kitchen Sink recuperó el título y lo volvió a editar en formato de cómic, al principio a color, pero por problemas con el coloreado original se vieron obligados a terminar la colección en blanco y negro. En esa étapa las portadas eran nuevos trabajos de Eisner. 1998 devolvió al Spirit al panorama editorial, cuando la misma Kitchen Sink lanzó una serie de 8 números bajo el título de Will Eisner`s The Spirit: The New Adventures, que fue un proyecto que reunió a algunos de los autores y dibujantes de cómics más importantes del medio, como Alan Moore, Dave Gibbons, Neil Gaiman, Moebius, Kurt Busiek, Mike Allred, Paul Chadwick y Mark Schultz, entre otros.
En 2007, DC lanza The Spirit No.1, un trabajo completamente nuevo realizado por Darwyn Cooke, lo que mantuvo el espíritu eisneriano del título, y también salió a la venta el crossover Batman/Spirit, con guión de Jeph Loeb y dibujo de Cooke, fiel a la escuela Eisner. Para su segunda temporada, el equipo creativo cambió, pasando a manos de Sergio Aragonés y Mark Evanier en los guiones, recuperando el espíritu del genero negro que se había perdido en su anterior versión.
En la etapa post Cooke y Aragonés han trabajado con el personaje artistas como Chris Sprouse, Walt Simonson, Jimmy Palmiotti, Kyle Baker, Gail Simone, Eduardo Risso, Paul Smith, Aluir Amancio, Chad Hardin, Mike Ploog y Jordi Bernet, entre otros. En 2010 vio la luz una nueva serie de The Spirit, en la que autores modernos se unen a consagrados para dar continuidad a la máxima creación de Eisner, enriqueciendo la publicación con The Spirit Black & White, y los talentos de Mark Schultz, Michael Uslan, F. J. De Santo, Justiniano, David Hine, Marv Wolfman, Moritat, Phil Winslade, David Lapham, Michael Wm. Kaluta, Brian Azzarello, Eduardo Risso, Jan Strnad, Richard Corben, Walt Simonson y Jordi Bernet, con portadas de Ladrónn.
Películas sin espíritu
El traslado del Spirit al cine ha sido más bien desafortunado. En 1987 se lanzó el piloto para una serie de televisión, dirigido por Michael Schultz , con Sam J. Jones, el Flash Gordon cinematográfico, como Denny Colt/Spirit, y Nana Visitor como Ellen Dolan. Aunque la producción contó con la venia de Eisner, tal vez el error más grande fue situarla en la época moderna, donde el personaje se siente desfasado y lejos de su ambiente noir.
Para 2008, Frank Miller, de quien la mayor parte de su obra está en deuda con el Spirit de Eisner, se atrevió a dirigir The Spirit, cuyo mayor merito es el elenco que conforma el grupo de mujeres fatales. Cabe señalar que en la pantalla grande no vemos ni por casualidad el Spirit de Eisner, sino el de Frank Miller, una especie de Denny Colt visita Sin City.
Mas allá del Spirit
Si bien el Spirit fue la creación más representativa de Eisner, no quiere decir que fuera la más importante. A la par y después del Spirit tuvo otros logros. Por ejemplo, ayudo a la creación del comic bélico de Blackhawk en 1941. 1978 fue determinante para Eisner como autor, pues fue el año en que acuñó el término de Novela Gráfica para clasificar una obra, A Contract With God, primera novela gráfica publicada por Eisner, la cual cuenta cuatro historias desarrolladas en el Bronx de los años ’30 y que pronto será llevada al cine, esperemos que con mejor suerte que The Spirit.
Pero hay dos obras fundamentales que se han convertido en la biblia de todo artista gráfico que se precie de serlo, Comics And Sequential Art (1985), y Graphic Storytelling And Visual Narrative (1996), donde el autor comparte gran parte de su conocimiento, lo que lo ha convertido en el artista más influyente en la historia del comic.
La obra de Eisner comprende un buen número de novelas gráficas, muchas de ellas en concepto autobiográfico. Así tenemos Life on Another Planet (1983), New York: The Big City (1986), The Dreamer (1986), The Building (1987), A Life Force (1988), To the Heart of the Storm (1991), Invisible People (1991), Dropsie Avenue (1993), A Family Matter (1998), Last Day in Vietnam (2000), The Last Knight (2000), Minor Miracles (2000), Fagin the Jew (2003), The Name of the Game (2003), y su última obra, The Plot: The Secret History of the Protocols of the Elders of Zion, la cual terminó apenas un mes antes de su muerte, el 3 de enero de 2005.
Murió Will Eisner, pero su legado es interminable. En palabras de Jim McLauchlin, “Cuando los comics comenzaron la receta era simple: pon palabras y dibujos en un papel. Casi todo lo que vino después fue invento de Will Eisner”.