Por Filippo Marzo y Vanessa Molina
Hola a todos los amigos lectores de Comikaze, hoy tenemos el honor y el placer de entrevistar a la famosa escritora de cómics Ann Nocenti. Colaboradora en Marvel y Dark Horse, ha creado a personajes como Longshot y Typhoid Mary, y seguro la recuerdas por su corrida en Daredevil. A continuación te compartimos la entrevista que nos concedió hace apenas unos días desde Nueva York, para platicar un poco de su carrera.
¿Cómo comenzaste como escritora en el mundo de los cómics?
Empecé en los años 80, cuando apliqué para un empleo que vi en el periódico. Era en Marvel Comics. Cuando comencé a escribir cómics, yo era asistente de Jim Shooter. Todos trabajábamos en una oficina, parecía el estudio de una banda de garage: había rotulistas, coloristas, entintadores, dibujantes. Todos en el mismo lugar, y a diferencia de ahora, en ese entonces todo se hacía a mano. Podría ir a mi closet para mostrarles algunas páginas hechas a mano.
Fui aprendiz de grandes editores como Denny O’Neil y Louise Simonson. En Marvel tenían un sistema de mentores: llegabas a la compañía, trabajabas con un editor y después te convertías en editor al mismo tiempo que escribías cómics. Para darles una idea de la época a la que me refiero, en ese entonces se publicaban las historias de Walt Simonson para Thor y las de Frank Miller para Daredevil. Me convertí en editora de la serie New Mutants de Bill Sienkiewicz y el principal escritor con quien trabajé fue Chris Claremont, para que se den una idea. Cada día en la oficina podías ver pasar a Steve Ditko, junto con muchas otras personas del medio, que entraban y salían para llevar sus páginas, porque antes de la era digital y del internet, todo se entregaba en persona o por FedEx.
¿Hay algún dibujante o escritor en particular que te haya inspirado o que aprecies?
Bueno, en ese entonces tuve mentores, Danny O’Neil fue uno de ellos, y me dio mi primer trabajo como escritora en Bizarre Adventures. Yo venía del periodismo fílmico, así que lo que me inspiraba eran las películas noir, especialmente las de los 70, además de Antonioni y todo lo de Kurosawa. Y como escritores, me gustaban Damon Runyon y Joseph Mitchell, y autores de Nueva York como A.J. Lee.
Para Marvel Fanfare escribiste Chiaroscuro, una pequeña obra de arte ilustrada por David Mazzucchelli. ¿Podrías contarnos cómo nació esta obra?
Creo que es divertido porque mi abuela es italiana y todos mis parientes son italianos. Por parte de mi mamá mi familia es mitad albanesa (de los albaneses que llegaron a Italia). Mi abuela fue la inspiración de esa historia, después de que mi abuelo falleció. La historia trataba de cómo sería una religiosa señora italiana, abrumada por no poder hacer muchas cosas, con miedo a conducir su auto o escuchar las noticias, ya sabes, todas las malas noticias que pasan en la televisión, no tan distintas a las hoy en día. Y pensé, ¿qué pasaría si un durante una batalla en el cielo un ángel cayera a la Tierra y se encontrara con esta persona?
Aunque estamos en cuarentena, no queremos robarte mucho tiempo. Una última pregunta sobre a tus proyectos actuales. ¿Nos podrías platicar de Ruby Falls (Berger Books) tu más reciente historia, en la que trabajas con la artista italiana Flavia Biondi?
Escribí cómics de superhéroes durante casi toda mi carrera, historias de hombres rudos como Punisher, Daredevil, Wolverine, y de otros no tanto como Spider-Man y Batman. Creo que anhelaba escribir historias que no fueran sobre superhéroes. Fue entonces que Karen Berger, la legendaria creadora del sello Vertigo, me pidió hacer dos cómics: The Seeds con David Aja, y Ruby Falls con Flavia Biondi. Fue la primera vez que tuve la oportunidad real de crear una historia no relacionada con superhéroes.
Cuando colaboras con un artista, éste cambia la historia. Trabajar con David Aja fue parecido a un juego de ping-pong. Yo le daba las ideas y él me devolvía imágenes. Fue así hasta que construimos juntos la historia. Favia tiene un estilo más gentil, por lo que me enamoré completamente de ella. Por ejemplo, la madre de Alana, el personaje principal, siempre está cruzada de brazos. Era un gesto muy sutil, como para decir “esta mujer ha visto muchas cosas, es cínica”. Flavia desarrolló un estilo de contar historias para cada personaje y esa es una de las cosas que amé de trabajar con ella. Amo ambos cómics, son como mis bebés.
Ann, muchas gracias por tu tiempo y por tu disponibilidad, ha sido un honor tenerte con nosotros. Es todo por hoy, amigos. ¡Hasta pronto!
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