Por Luis Carreón
Crear personajes novedosos en la actualidad parece una tarea bastante complicada, pues cada vez nos volvemos menos impresionable. Sin embargo, con creatividad y talento la tarea puede volverse más sencilla, y este fue el caso de The Hood, concebido por allá de 2002, cuando contó con su propia miniserie, publicada por la ya clásica línea MAX de Marvel.
Los creadores fueron Brian K. Vaughan (Runaways, Pride of Baghdad) y Kyle Hotz (Epilogue), equipo que garantizó la calidad de la obra y dotó de personalidad y magia al título.
Parker Robbins, mejor conocido a posteriori como The Hood, no es más que un delincuente de poca monta, quien atraviesa una muy mala situación, consecuencia única de sus malas decisiones y su mala actitud. Sin embargo, conforme avanza la historia, se vuelve fácil sentir empatía por Parker, pues tiene una madre enferma, una novia embarazada, un primo exconvicto, además de una amante y una sola oportunidad a la vista: un supuesto gran golpe.
El protagonista, quien tiene cierta fascinación por los encapuchados, vive un encuentro fortuito y salvaje con un extraño ser, y que lo convertirá en el dueño de un par de artilugios mágicos: una capucha roja y unas botas. Poco a poco, con sus altibajos e incluso sus momentos de humor, The Hood descubrirá las capacidades que estos objetos le otorgan y cómo aprovecharlos al máximo en lo único que sabe hacer: robar.
La historia es muy original, ya que nos sitúa frente al nacimiento de un supervillano, por lo que el lector tiene la oportunidad de atestiguar el camino que lo separará cada vez más de su humanidad. Y aunque hay superpoderes de por medio, la historia está muy bien centrada en los problemas personales de The Hood y en la complicada vida cotidiana en los barrios más conflictivos y peligrosos de la Gran Manzana.
El arte de Hotz encaja perfectamente con el corte underground de la historia; es muy palpable la oscuridad y la pestilencia de la ciudad, y muestra a la perfección la violencia y la brutalidad de las calles. En la paleta de color predominan los rojos y los azules profundos. Por otra parte, las portadas son magníficas y heterogéneas.
The Hood ha llegado a las calles de Nueva York y difícilmente las dejará tranquilas. Si te encanta Marvel y sus personajes místicos, The Hood es para ti. Si en años recientes lo viste en acción y te gustó, pero no conocías su origen, esta historia es justo lo que necesitas leer.