Por Jorge Cervantes, Gorka Olachea!
Hace unos años un conocido me compartió la liga a un one-shot llamado Abstraction: la historia era muy sencilla y se narraba en un tipico formato de seis viñetas rectangulares por página; sin embargo, conforme transcurría la historia las viñetas planas se revelaban tridimensionales, enlazadas como altas columnas con el grupo anterior de viñetas. Así, los personajes en realidad se desarrollaban dentro pequeñas habitaciones, lo cual, dentro de la narración gráfica es muy propositivo, pero el autor no conforme con ello fue más allá, así mientras trascurría la historia y variaban los encuadres, en estas habitaciones se iban empalmando formas tan dispares como rostros con automoviles o camas con manos, dando como resultado extraños seres amorfos en un espectáculo visual perturbador con alto contenido sexual. Así, con sus breves 15 páginas, Abstraction era uno de los cómics más bizarros y vanguardista que había leído hasta entonces.
Esta lectura inevitablemente me llevo a averiguar el nombre de su autor para conocer más de su obra, y lo que encontré fue a un artista no muy popular en el mundo del cómic de su país, pues la mayoría de su obra está compuesta por historias cortas que no has sido publicadas por las grandes revistas de manga, sino que vieron la luz dentro de las páginas de revistas pornográficas o en dojinshis, revistas editadas e impresas por él mismo.
Su nombre es Shintaro Kago.
Nacido en 1969 en Tokio, Japón, quedó huérfano cuando tenía un año. En la escuela superior perteneció al Club de Manga y ya desde entonces sus narraciones tenían una gran carga de humor negro. Debutó a los 19 años en la revista Comic Box con una historia de ocho páginas llamada Uchû dai sakusen y a partir de entonces publicó en revistas para adultos como Cotton Comic, Comic Flamingo, Manga Erotics y Garo.
Shintaro Kago tiene un humor negro muy retorcido como el que presenta en La Colección, que cuenta la obsesión que tiene una colegiala por juntar todo aquello que ha tocado el chico que le gusta, llevándola a convertirse en una psicópata cercenadora que es descubierta por su padre; o como el que utilizó en Discos, donde un cirujano se obsesiona pervertidamente con los agujeros que se forman al cortar un objeto, lo que le lleva a tener el deseo de rebanar a una mujer para tener encuentros sexuales con sus restos.
Entre sus obras más reconocidas encontramos Super-Conductive Brains Parataxis que se publicó en las paginas de la renombrada Shūkan Young Jump de editorial Shueisha. En ella narra cómo en una expedición fueron encontrados enormes yacimientos de cuerpos humanos gigantes que, tras una serie de investigaciones y experimentos, se convirtieron en uno de los recursos naturales más explotados en el planeta, pues sus partes sirven para movilizar transportes y maquinarias, además de ser eficaces instrumentos de guerra. A los largo de sus seis capítulos Kago nos adentras en un extraño universo con automoviles que tiene enormes dedos en vez de llantas, permitiéndonos comprender la naturaleza y el origen de esas enormes bestias humanas.
Aunque principalmente tiene historias cortas donde vuelca todas las retorcidas obsesiones y temores conocidos y por conocer que se gestan en su mente, ha abordado diversos temas en títulos como La formidable invasión Mongola, Dance! Kremlin Palace o Compendio de la verdadera historia universal en los cuales reinterpreta personajes y sucesos históricos con su muy peculiar visión. O Fraction, un thriller que sigue simultaneamente los pasos de un asesino rebanador y los del propio Kago, disectando las formas narrativas literarias, cinematográficas y del manga conforme avanza en la historia. Es en este título donde el mangaka autodibujado hace la graciosa declaración: El ero-guro es un concepto que solo conocen cuatro frikis.
Dicho lo anterior, hay que mencionar que a Shintaro Kago se le conoce como uno de los más grandes exponentes del ero-guro, aquel género creado por el literato Edogawa Rampo (1894-1965) que empata el erotismo con el horror, la sangre y la repulsa escatológica. Sin embargo, Kago ha declarado que el alto contenido sexual en su obra ha sido convenientenente circunstancial pues al haber tenido que publicar gran parte de su obra dentro de las páginas de revista dedicadas a la pornografía tenía la obligación contractual de incluir en ella elementos sexuales muy explicitos.
En su ero-guro el autor aborda un aspecto olvidado del género que es el absurdo, dándose la oportunidad de sobrepasar cánones con la intención primigenia de conmocionar al espectador, lo que a su vez le llevó a encabezar una revolución visual sin precedentes en el mundo del manga.
Aunque los cuentos de Shintaro Kago parecieran ser solo dedicados al gusto de algún psicopata perturbado, la experimentación visual es tan propositiva en su obra que se le ha definido con el nombre de Fashionable Paranoia por lo que ha expuesto en galerias de Amsterdam, Estocolmo y Nueva York, además de tener un canal de YouTube con videos igualmente pertubadores y una línea de juguetes gashapon con un tema repulsivo y de mal gusto.
Si están interesados en su obra, antes de buscarla tengan en mente que, hay mangas que dan miedo, también hay mangas que escandalizan… y luego están los mangas de Shintaro Kago.
Dato Comikaze
En varias ocasiones Kago ha declarado que una de sus mayores influencias es el grupo humoristico inglés Monty Python, pues sus peliculas están llenas de sorna y humor malsano, lo que se convirtio en el hilo conductor principal de la obra del mangaka.