Por Agustín Pepper Amezcua. Publicado originalmente en Comikaze #15 (enero de 2012).
Los monstruos han formado parte integral de nuestras vidas desde que somos pequeños; están presentes en las amenazas paternas para mandarnos a dormir o hacernos comportar bien; están en esas películas que pueden atemorizarnos pero que aun así vemos. Pero por más miedo que sintamos, sabemos que al apagar la televisión o al llegar a los créditos finales, todo habrá terminado y estaremos de vuelta en la seguridad de nuestro asiento. Pero… ¿Y si estos monstruos fueran reales? ¿Si esas películas fueran la manera en esas criaturas llevan el sustento a sus hogares?
Este es el mundo que nos plantea Screamland, obra del escritor Harold Sipe y del dibujante Héctor Casanova (Proof, The Lurkers), en la que nuestros protagonistas, el monstruo de Frankenstein, Drácula, el Hombre Lobo y La Momia, han dejado de ser terroríficos tras la aparición de los Slashers (asesinos psicópatas que matan a sus víctimas de manera serial y por demás gráfica), los efectos por computadora, las pantallas verdes y la explosión del horror japonés.
Desempleados, nuestros protagonistas añoran tiempos mejores, resienten la modernidad y temen por su legado. Algunos se han sumergido en vicios, hacen acto de presencia en convenciones o simplemente desaparecieron de vista completamente. Los pocos que quedan en activo luchan para que no se descubra la verdad detrás de su mito. Decadentes y venidos a menos, no consiguen superar sus días de gloria, sus compañeros caídos ni sus fallidos proyectos (atención al cameo del amo del cine de poco presupuesto, Ed Wood), y viven sin la mínima esperanza de revivir siquiera un poco de sus logros pasados. Sin embargo, todo parece cambiar con una llamada telefónica de su agente, quien les propone un nuevo negocio.
El monstruo en el espejo
A través de los cinco números que comprenden la primera entrega de Screamland (en 2011 apareció una segunda parte, con una trama completamente alejada de la original) el lector descubre que sin importar si eres humano o monstruo, el glamour y los excesos que acompañan a la fama siempre te pueden atrapar. Así nos encontramos con un monstruo de Frankenstein alcohólico, un Hombre Lobo adicto al sexo, un Drácula envuelto en escándalos meritorios de aparecer en un tabloide y un amplio desfile de personajes con distintos problemas, pero todos unidos por uno en común: la falta de trabajo como seres aterradores. Al humanizar de esta manera a los protagonistas, los autores de Screamland logran que los lectores conecten con estos monstruos, en vez de temerles.
Con respecto a los dibujos de Héctor Casanova, estos mezclan una estética que parece sacada de los posters de las películas clásicas de horror y todo lo moderno que el cine actual nos ofrece; los monstruos tienen una textura y personalidad propia que al mezclarse con los guiones de Sipe nos dan una lectura ágil y dinámica en la que todo lo que se lee y ve tiene un propósito determinado, además de añadir un granito de arena al mito detrás de cada criatura (como el hecho de que el monstruo de Frankenstein tenga flashbacks de la vida de los cuerpos con los que está conformado).
A pesar de ser una historieta de monstruos, Screamland no tiene nada que ver con el horror presentado en Eerie y Creepy en los años 60, sino que es un cómic sobre la vida misma, pero con un poco de fantasía (robándome las palabras de un amigo, digamos que es una licencia literaria en aras de contar una buena historia). Así que ya sean fanáticos del cine de terror, deseen acercarse al mundo del cómic pero dudan del genero superheroico o estén aburridos de sus reinicios de continuidad sin sentido, Screamland es una historia que los mantendrá entretenidos durante toda la lectura.
Creando a la criatura
Quizá en primera instancia el nombre de los autores no dice mucho de ellos, pero al leer este cómic nos damos cuenta de que Harold Sipe y Héctor Casanova en realidad saben a lo que se dedican, pues nos relatan el inicio de la fama de los monstruos clásicos (tomando como base a las criaturas de Universal Studios); su pérdida de impacto ante el cine a color; su eventual decadencia al intentar llegar a nuevos públicos, y su desesperación en días modernos, al mendigar un poco de atención a gente que no siente el mínimo terror frente a ellos.
Por su parte, Sipe ha trabajado como director de proyecto para juegos de video producidos por Paramount Pictures, National Geographic y Lifetime TV, entre otros medios. También ha sido director de la primera línea de novelas gráficas y manga para dispositivos móviles en Norteamérica, incluyendo títulos como Bone y Teenage Mutant Ninja Turtles. De hecho, Screamland fue su opera prima y junto con su secuela ha sido su único trabajo directo en el cómic.
A su vez, Hector Casanova ha trabajado en The Lurkers y en The Annotated Mantooth! (compilación del cómic de Matt Fraction que narra la historia de un gorila que sabe kung-fu), aunque la mayor parte de su tiempo hace ilustración editorial para el periódico The Kansas City Star y pósters para conciertos de rock.
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