José Antonio Arzate, Ritocaster
La experiencia de leer un manga en definitiva cambia la perspectiva con que se disfruta una historia gráfica, pues hay una especie de rebelión en la vista que nos pide volver a nuestro sentido acostumbrado de lectura. Esto, además de ser divertido, te obliga a releer más de una vez las páginas, permitiéndote ver muchos detalles en el arte. Las versiones manga de héroes occidentales no son nuevas y mucho menos lo son aquellos mitos populares que han roto las fronteras para luchar contra la maldad en todos los rincones del planeta. Batman es uno de esos ídolos mundiales.
Entre 1966 y 1967, el sello editorial Shonen Gahosha se hizo de la licencia del Hombre Murciélago para realizar una obra dirigida a niños y jóvenes aprovechando el éxito de la serie televisiva de ese entonces y la influencia que logró en el público japonés. Dibujado por Jiro Kuwata, el manga de Batman presentó al Dúo Dinámico como un par de joviales y simpáticos paladines que combaten a villanos-científicos-monstruos de laboratorio que buscan el poder a través de la ciencia, sus hechizos o súper poderes.
Al igual que en la versión americana, Batman y Robin cuentan con el apoyo de su siempre compañero de infortunios, el Comisionado Gordon, aquí presentado como un tipo gordito, de grandes bigotes y medio energúmeno, pero muy simpático, quien cuenta con un equipo de policías que, tal como en la serie televisiva, no puede hacer mucho sin la intervención de la dupla de justicieros.
Algo que caracteriza a este manga es que no muestra mucha sangre ni demasiada violencia. Con pocos golpes, pero mucha acrobacia y escenas que sin duda fueron copiadas de los fotogramas de la famosa serie de televisión, los villanos siempre son derrotados y puestos a merced de la justicia, tras una lucha más intelectual, de trabajo deductivo y análisis de la situación, todo con el fin de evitar grandes daños.
La estilizada figura de los héroes contrasta con lo corpulento o espigado de los villanos que, de acuerdo con sus conocimientos como científicos, magos o locos, adoptan nombres que dan risa, aunque eso no evita que pongan a sudar a los encapuchados: La Bola Humana, El hombre que dejó de ser humano, o Dr. Gorila, por ejemplo.
En México, SMASH (Editorial Televisa) publicó un primer tomo bajo la línea DC COMICS ABSOLUTE, que incluyó siete historias con una calidad de impresión mediana, pues no todas las páginas contaron con la misma resolución por tratarse de escaneos del material japonés, lo cual es muy notorio. Sin embargo, se trata de un obra muy disfrutable y ad hoc para introducirse a la lectura del manga, gracias a su sencillez, además de ser una buena herramienta para acercar a los más pequeños a la narrativa gráfica.
En total, Jiro Kuwata dibujó 53 capítulos de este título, así que aun queda mucho material para publicar en español, por lo que te recomendamos estar pendiente de futuras entregas para completar tu colección de batimangas.