Por Adrián Gallardo
En el principio de los tiempos, antes de las grandes ciudades, de las máquinas voladoras, de las guerras, incluso antes de que existiera la agricultura, en tiempos más inocentes, los seres humanos se reunían alrededor de una hoguera para escapar del frío y del acoso de las grandes bestias. Pero también miraban aterrados hacia el cielo, observando prodigios y milagros que eran incapaces de comprender.
Fue entonces cuando un hombre o quizás una mujer decidieron compartir con el resto de sus hermanos todas sus dudas y temores, intentando dar explicación a lo que no podían entender, otorgándole voz y rostro a lo desconocido. Fue así como nació la primera creadora de historias o el primer cuentacuentos; fue ese el nacimiento del mito.
Desde entonces, los narradores siempre mantuvieron ocupado un lugar importante en el consejo de la tribu o junto al trono del rey, al ser los elegidos para transmitir el mensaje de los dioses. Creadores de canciones, cuentos y leyendas, son los intérpretes, discípulos, profetas y sirvientes de Lord Morfeo, El Gran Forjador, El Señor de los Sueños, El Hombre de Arena que cada día y noche nos abre las puertas a su reino para permitir que vaguemos entre los limites de la realidad, entre todo aquello que no es pero que podría ser, ya que es cierto que todo aquello cuanto existe tuvo su inicio como un sueño.
Bienvenidos al mundo de Sandman, el cómic que revolucionó al medio desde finales de los 80 y hasta mediados de los 90; una saga épica que se aleja de la fórmula de los héroes enmascarados luchando contra villanos que planean la dominación mundial, una historia sobre las historias mismas, que es, en muchos sentidos, la de siete hermanos cuya existencia define y pone en movimiento los ejes del universo. Ellos son The Endless (Los Eternos).
Death (Muerte) es una adorable chica gótica a quien conocemos dos veces durante nuestra vida, una al nacer y otra cuando ejerce su función y nos acompaña hacia su reino. A su vez, Destiny (Destino) es un hombre alto, cuyo serio rostro se oculta detrás de la capucha de un monje. No tiene ojos, pero sostiene en sus brazos el libro que contiene todas las preguntas y todas las respuestas. En sus páginas se puede encontrar todo aquello que fue, es y será; no hay secretos para él, quien habita en un laberinto inmenso en el cual se encuentra con otras versiones de sí mismo. Delirium (Delirio) alguna vez fue conocida como Delight (Delicia), la más joven e impredecible de los siete hermanos, quien cambia constantemente de apariencia, además de divertirse inventando sabores de helado que nadie se había atrevido a crear, como el que tiene sabor a teléfono. Ella se acompaña de su fiel perro parlante Barnabas, regalo de su hermano mayor, el risueño y negado para las artes Destruction (Destrucción), que abandonó a la familia para recorrer el mundo.
Por otro lado, Despair (Desesperanza) es una mujer deforme y enana, de piel ceniza y aspecto monstruoso, quien pasa los días contemplando a las personas desde la parte trasera de sus espejos o desgarrándose el rostro con un anillo en forma de garfio. Ella tiene un(a) hermano(a) gemelo(a) de nombre Desire (Deseo); este ser andrógino, probablemente el más cruel y caprichoso de todos los hermanos, es todo aquello que has llegado a desear y amar.
Finalmente llegamos al protagonista de la saga, ya que es a través de sus acciones que conocemos al resto de la familia y la forma en que interactúa con la humanidad. Él es Morfeo, el Príncipe de las Historias, un amargado y solitario monarca completamente obsesionado con su trabajo, quien se ha olvidado de sí mismo y prefiere sus responsabilidades como soberano de los sueños, hasta que un día es capturado por una orden de hechiceros (que buscaba originalmente capturar a su hermana Death para alcanzar la inmortalidad).
Estos obligan al orgulloso señor de los sueños a pasar 72 años encerrado en un sótano sin pronunciar una sola palabra, provocando con su ausencia la destrucción de su reino, hecho que traería extrañas e impredecibles repercusiones al mundo mortal, como sueños y pesadillas decididos a encontrar un lugar entre los hombres o el caso de una misteriosa enfermedad que afectó a todos aquellos que dormían en el momento en el que Morfeo fue capturado, la cual les impide despertar, dejándolos atrapados en los límites de la realidad.
Hace casi 30 años, Karen Berger (directora de la editorial Vertigo Comics, subsello de DC) le encargó a un joven inglés retomar a un personaje clásico creado por Jack Kirby y Joe Simon. Este personaje era Sandman, un justiciero que cubría su rostro con una máscara de gas y se dedicaba a capturar criminales con ayuda de una pistola de gas del sueño, para así entregarlos a la policía. La visión del joven Gaiman fue mucho más allá de continuar las aventuras de este Batman narcótico, transformando el concepto en algo mucho más evolucionado, utilizando del antiguo vigilante tan sólo el nombre. Fue entonces cuando nació Morfeo y el reinado de Sandman inició en la escena del cómic para adultos, propagándose rápidamente hacia otros ambientes artísticos. Pronto la saga de Sandman abandonó las convenciones de cómics para comenzar a evaluarse y valorarse como parte importante de la literatura moderna, integrándose fuertemente en la mitología de la cultura pop, lo que llevó a Neil Gaiman y a su inseparable colaborador Dave McKean a ser objeto de discusiones sobre el verdadero valor del arte secuencial y su influencia en las artes en general.
A partir del nacimiento de Sandman las reglas cambiaron, pues en este universo había cabida tanto para los jóvenes entusiastas de la cultura punk y gótica como para los fanáticos de William Shakespeare; un mundo donde la cultura wicca, las tradiciones celtas, los dioses africanos y los superhéroes vestidos con spandex podían encontrar un lugar común. Este lugar es la psique y el corazón mismo de la mitología, un sitio donde Jung y Lovecraft podrían habitar en la misma casa y compartir los alimentos con Edgar Allan Poe, Clive Baker y Little Nemo (creación de Winsor McCay).
Todos estos elementos convierten el universo de los Endless en campo fértil para generar nuevas mitologías y personajes complejos que se alejan radicalmente de la lucha simplista y moralista entre el bien y el mal manejada en la mayoría de los títulos de superhéroes, acercándolos más a los debates filosóficos y los tratados del psicoanálisis.
Con el apoyo de una amplia galería de artistas plásticos, Gaiman llevó de la mano a sus lectores a través de 75 números llenos de sorpresas y maravillas; pero lejos de haber terminado, Sandman y el resto de los personajes que integran la saga han abierto las puertas para diversas historias y miniseries dotadas de la misma magia y calidad.
Nuestro colaborador
Adrian Gallardo Nada vino al mundo a principios de los 80. Desde entonces ha escrito letras para bandas de rock y musica folklorica, destacando Oblivion Requiem y RIP Rapunzel. Sus cuentos y artículos han aparecido en las revistas Playboy Mexico, Generación y más de una docena de antologias. Recién publicó su segundo libro, Siempre en Invierno. Cuando no está escribiendo frecuenta bares y Karaokes junto a personajes de dudosa reputacion, la gran mayoria de ellos imaginarios.