Por José Miguel Alva Marquina. Publicado en Comikaze #3 (noviembre de 2008)
Rubén Lara Romero (1934-2013), creador gráfico de Fantomas, la Amenaza Elegante, fue uno de los dibujantes mexicanos de mayor calidad. Su trazo era impecable, de línea fina y estilizada. Conocía todos los secretos del noveno arte, y a través de los años consiguió una legión de seguidores que admiraban su trabajo. A continuación reproducimos la entrevista que el desaparecido maestro concedió a Comikaze.
¿Dónde y cuando nació Rubén Lara?
Nací en la Ciudad de México, en la colonia Obrera. Desde niño me atrajo el mundo de las historietas, pues desde muy joven me gustó el dibujo y empecé haciendo mis propias historietas, sobre todo de fútbol, que era el deporte que practicaba.
¿Cuál fue su primera incursión seria en el medio?
En 1948, a los 14 años, conseguí trabajo en la revista ‘Nota Roja’, haciendo un personaje que se llamaba, bueno, que bauticé como Azulito Azulejo Súper Detective; era una historieta muda en la que hacía cualquier chiste.
La estuve realizando por el plazo de un año, y de ahí en adelante me dediqué a buscar trabajo en historietas más serias; estaba una revista que se llamaba ‘Tesoros’.
Ahí elaboré unas pruebas que nunca vieron la luz, porque el coronel José García Valseca (responsable de la publicación ‘Pepín’) en ese entonces le quitó todo el personal a esa publicación y se los llevó a sus revistas. Al irse los dibujantes, aquella editorial, de la que no recuerdo el nombre, cerró hasta sus talleres.
¿Entonces cuando iniciaron sus grandes éxitos?
Después empecé a trabajar para ‘Pepín’, para la que hice algunas portadas ya en sus últimas épocas. Después fui a Editomex a los 21 años, y ya en las revistas mensuales fue que inicié formalmente mi trabajo. Estuve en historietas serias, en las revistas mensuales, como fue el caso de ‘Cárcel de Mujeres’ y otras revistas románticas que tuvieron mucho éxito compitiendo directamente con ‘Lágrimas, Risas y Amor’. La transición a Novaro fue paulatina pues al mismo tiempo llegué a estar en tres editoriales: La Prensa, Editomex y Novaro.
¿Cómo inició en Novaro?
Por mi estilo pidieron que me ocupara de historias como las de ‘Mujeres Célebres’ y ‘Estrellas del Deporte’; pero de repente un día me tocó hacer ‘Fantomas’ para el título ‘Cuentos Clásicos’. En ese entonces, Alfredo Cardona, director de revistas de la editorial, me pidió cuatro números, pero cuando leí la trama, me di cuenta de que podría ser una historieta seriada, aún cuando sus escritores no estaban muy familiarizados con ello. Me refiero a que no tenían idea de su potencial, o bien el estilo se les hacía algo diferente y raro.
La historieta iba a ser un verdadero hito, yo lo sabía desde el primer número. Por algunas razones sólo hice tres números y luego entró Víctor Cruz Mota, quien hizo algunos otros episodios de la serie que continuó en esa revista. Afortunadamente para mí, el argumentista Guillermo Mendizábal pidió que regresara a trabajar.
Las historias tuvieron tal éxito que se consideró hacer una revista de Fantomas en exclusiva y se acordó con los dueños y editores darme un porcentaje, a sabiendas que en ese entonces en las compañías no se estilaba hacer eso, ya que más que nada se trataba de un pago simbólico. Yo lo que más deseaba era que se reconociera mi trabajo. Se acordó que a los 100 mil ejemplares se vería qué se hacía con mis regalías, pero el día llegó y no pasó nada. Me molesté y salí de la editorial.
¿Y qué pasó con su carrera? Enojado, regresé a Editomex, donde me ofrecieron hacer una historia de autor. Entonces yo quería hacer algo que compitiera directamente con ‘Fantomas’, y fue ahí donde cree el personaje de El Comodín, que sólo se vendió hasta el número 16. No funcionó, quizá por la distribución o porque no gustó tanto. En esa misma editorial realicé la adaptación de la exitosa telenovela ‘Simplemente María’, con buena respuesta. De ahí, pasé a Editorial Posada, donde estaban sacando la revista ‘Duda’, que empezaba a despuntar. Entré en el número 16, y estuve cerca de cinco años. Podemos decir que la realicé en la época en que tuvo más éxito.
De ahí empecé a trabajar el medio tono y me contraté para la Editorial Proyección, con el señor Enrique Flores, para quien realicé la revista ‘Rebeldía’, que tuvo un éxito bastante considerable al principio. Sin querer, mi carrera daría otro salto, puesto que pasé a Editorial Vid a hacer ‘Samurai’, personaje creado por Felipe y Juan Arcos, mismos que lo estaban realizando, pero como se habían echado tantos compromisos, les era difícil hacer el trazo de la misma. Tomé los lápices en el número 18, y podemos decir que fue de las historias más largas que he realizado.
¿Cómo surgió su versión de Fantomas?
El personaje debutó en el número 106 de ‘Cuentos Clásicos’. Tal fue el éxito, que después de cierto tiempo se decidió sacar una revista quincenal con Fantomas. Esta revista tuvo mucho éxito en Latinoamérica e incluso en España se hizo un artículo en la que se le reconocía y se hablaba de un grupo de dibujantes coordinado por el señor Cardona Peña, lo cual no era cierto, pues cuando yo estuve en la revista todo lo hacíamos entre Guillermo Mendizábal y yo, aunque cuando salí del proyecto, él siguió escribiendo las historias. Recordemos que todo empezó como un proyecto de cuatro números, y de ahí se extendió hasta hacer la serie tan famosa que todos conocieron.
¿Cómo diseñó al personaje?
Guillermo, como en todos los argumentos, describió al personaje y cómo lo concebía. Me dijo que necesitaba a un personaje vestido muy a la usanza del siglo XIX con una máscara tipo Ku Klux Klan, pero la verdad no se me hacía muy elegante, y mucho menos heroico. Yo quería que representara el poder y el miedo que impone a sus rivales, por eso le puse la máscara pegada a la piel en donde apenas y se adivina la boca, además de la levita, el sombrero y la capa española.
Fantomas viene de la literatura francesa, y lo han dibujado muchísimas personas, cada quien le ha dado su propia personalidad, incluso en el cine, pero cuando salió en México, fue un gran éxito y le dio la vuelta al mundo. El Fantomas mexicano ha sido el más famoso.
¿Y cómo se creó el mundo de Fantomas?
A petición del argumentista se requería que al personaje se le rodeara de ayudantes y personajes de apoyo, por ejemplo los agentes X, Y y Z, pero a mí se me ocurrió que sería mejor rodeado de mujeres. Lo llené de chicas, y el argumentista fue quien le puso los nombres de los signos del zodiaco. Entonces hubo la necesidad de hacer que una de ellas sobresaliera más, por lo que de las trece chicas surgió el personaje de Andrómeda, quien podemos decir que hacía las veces de brazo derecho y pareja de Fantomas. La idea fue de Mendizábal, mientras que yo le di la imagen oriental.
¿Qué papel jugó Cardona Peña?
Alfredo Cardona Peña, reconocido como uno de los grandes poetas del siglo XX, de origen costarricense, fue una persona muy preparada. Como editor de la revista pedía una calidad excelsa en los argumentos, la cual lograron Mendizábal y el resto de los argumentistas. Como decía, él era el editor, pero el equipo éramos sólo los dos, aunque es cierto que con el incremento de popularidad del personaje, fueron entrando otras personas. Yo llegué a tener tres ayudantes que estaban en el montaje de los cartones, y en tintas y fondos tenía otros tres. Claro que hubo equipos, y más después del número 50, que fue cuando dejé la editorial en definitiva. Incluso en muchas historias que se reeditaron en formato de libros o en formato de minis, eran las mismas historias y se omitía mi nombre.
¿Cómo surgieron los personajes de Gerard y el profesor Semo?
Él nació en la novela, donde como inspector de la policía de Francia, se dedicaba a seguir al personaje. El concepto de Semo lo creó Mendizábal, al igual que a Fando (ayudante de Fantomas y predecesor del profesor, el cual desapareció poco después).
A Semo el señor Carlos Hernández lo diseñó al estilo de “Q” (el inventor de los gadgets de James Bond). Como decía, los conceptos eran de Mendizábal, pero los dibujantes le ponían el toque final.
¿Cómo se ideaban las historias?
A Guillermo se le ocurrió combinar hechos reales adaptándolos a Fantomas, ya que era el que hacía las travesuras a la vieja usanza, pero con todas las implicaciones actuales. Por lo general el argumento era plano, yo hacía la historia más rica. Juntos creamos un ambiente de acuerdo con el personaje, siempre practicando algún deporte, con las chicas y esas cosas. Poníamos movimiento a la historia y detalles que para muchos lectores pasaban desapercibidos, es decir, no sabían hasta dónde llegaba la labor de uno y dónde comenzaba la del otro.
¿Y qué nos dice de las splash pages tipo The Spirit?
Más bien eran como una segunda portada, ya que diversos portadistas hacían su trabajo en óleo. Entonces yo diseñaba mi propia portada dentro de la historia. De hecho, a los pocos meses que salió ‘Fantomas’, se relanzó ‘The Spirit’ en México. Y sí, definitivamente fue una gran influencia para mi el señor Eisner.
¿Cuál fue su participación en la segunda era de Fantomas, ya en Editorial Vid?
Ninguna, simplemente me llamaron para que les permitiera editar al personaje. Jorge Velasco habló conmigo y me dijo que me iban a dar un porcentaje de las ganancias y mi crédito como creador.
Como en ese entonces yo trabajaba para la editorial con ‘Samurai’, no me pude negar, pero como tampoco tenía tiempo de hacerla, sólo colaboré en un número. Por lo menos me reconocieron mi labor, aunque ya no fue lo mismo y la revista no tuvo tanto éxito como antes.
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