Por Daniel Tinoco
¿No les pasa que algunos de los mejores libros, novelas gráficas y cómics que tienen, los han encontrado de manera totalmente aleatoria? Eso me pasó con Tormenta de mayo. Hace unas semanas paseaba por la Cineteca Nacional con mi persona favorita en el mundo y entramos a la librería que se encuentra a un costado de las palomitas. Como siempre, me pase una hora admirando y hojeando muchas novelas gráficas y cómics, que en su mayoría son de origen nacional, lo cual me emocionó bastante, porque hay propuestas increíbles de autores mexicanos. Fue así como mi ojo captó un tomo de pasta blanda y un rosa grisáceo en la portada. Lo abrí y me hipnotizaron el arte y los colores que parecían escapar de las páginas.
Creado por Paulina Márquez, Tormenta de Mayo narra su historia desde la perspectiva de Manu, quien vive en un pueblito donde nunca pasa nada, o eso nos hacen creer. Manu y Dani, su hermano, llevan una vida común y cotidiana hasta que al pueblo se muda Isabel, quien junto con Manu descubrirá el verdadero significado de la amistad y la soledad, y de compartir secretos sobrenaturales que entrelazarán sus vidas por completo. Es un relato lleno de los miedos que nos acechan a todos por igual, y que nos enseña que las adversidades siempre se enfrentan mejor si estamos acompañados.
Además de su preciosa historia, paleta de colores, composición de cada capítulo, y de las maravillosas expresiones de los personajes, el cómic irradia una magia que deja un sentimiento de nostalgia por lo que se ha ido, pero a la vez añoranza por lo que vendrá. En ocasiones olvidamos que el noveno arte es para todos y que siempre encontraremos algún cómic con el que podamos identificarnos, emocionarnos, que nos haga reflexionar, reír y hasta llorar. Eso sucedió con Tormenta de mayo… lo encontré sin querer en un estante y me sumergí en el mundo que nos plasma.
Pero mi interés en esta obra no paró ahí, así que me di a la tarea de contactar a su autora, ganadora del Premio Nacional de Novela Gráfica Joven 2019 y preguntarle algunas cosas sobre su proceso creativo y lo que la inspiró a crearla.
¿Cómo iniciaste en el mundo del cómic y qué te llevó a perseguir esta carrera? La verdad es que yo no la perseguí, la carrera me persiguió a mí, ja, ja. A los doce años empecé a leer manga, y después, durante algunos años, seguí varias series de cómic americano. Pero mi primer cómic lo escribí apenas en 2017. Se llama ‘The Witch Journals’, está en inglés y lo publiqué en Internet. Le fue bastante bien. Con ese webcómic entré a la Maestría en Narrativa Gráfica, y en el evento de 24 horas del Cómic, organizado ahí en 2018, fue donde hice ‘Puertas’, primer trabajo con el que me di a conocer un poco más en del medio mexicano. Desde ahí todo ha ocurrido muy rápido, y en este momento trabajo en tres proyectos. Me siento afortunada de tener la oportunidad de dedicarme a esto durante un año, por lo pronto, pero esperemos que pueda ser por mucho más tiempo.
¿Cuáles son tus mayores influencias provenientes del medio del cómic? No sé hasta qué punto influyen en mí, pero mis autores completos favoritos son Tillie Walden, Bastien Vivès, Jun Mochizuki, y las CLAMP. De escritores tengo a Mariko Tamaki, Brian K. Vaughan, y Matt Fraction. Y de artistas, Jillian Tamaki y Xulia Vicente.
¿De dónde nació la idea de crear Tormenta de mayo? ¿Qué te inspiró para crear la historia? Surgió porque quería entrar a la convocatoria de Tierra Adentro a como diera lugar, ya que tenía miedo de que, por la transición gubernamental, fuera la última edición. Afortunadamente no fue así, pues hace unos días se abrió la nueva convocatoria. Tengo por ahí una lista de ideas que quiero escribir, y entre ellas estaba una historia situada en un pueblito con atmósfera de ‘aquí pasa casi nada’, a partir de una experiencia que tuve en la preparatoria. Lo demás surgió de esa idea.
La paleta de colores me recuerda un poco a novelas gráficas como This One Summer y Laura Dean Keeps Breaking Up With Me. ¿Qué consideras que expresa al espectador el uso de una gama de colores específica por panel o página? This One Summer es hermosa, Jillian Tamaki es una diosa del dibujo. Laura Dean también. Rosemary tiene una línea súper fina y preciosa. No merezco la comparación. Mis paletas de color intentan representar las emociones de los personajes. Hay partes en las que los tonos se vuelven más grises, y otras en las que se vuelven más saturados y brillantes, según lo que esté ocurriendo. Intenté compensar la falta de detalle en el dibujo (resultado de la falta de tiempo, más que de otra cosa) con colores que dieran pistas al lector sobre el tono de las escenas. Al respecto, mando saludos y agradecimientos especiales a mi amiga Lizé, que me ayudó con los colores base, pues sin su apoyo no habría terminado de colorear a tiempo.
¿Qué consejos darías a quienes desean iniciar una carrera en el cómic? Que tener un’buen’ arte no es equivalente a tener un buen cómic. Historia e imagen deben funcionar en conjunto, y cada quién las crea desde sus posibilidades. Lo bonito del cómic es que hay lugar para todos los estilos y para todos los creadores. Cada que escucho que alguien usa como excusa el ‘sólo sé dibujar monos de palitos’ le enseño el cómic de xkcd.com. Todos tenemos la posibilidad de hacer cómic.
En segundo lugar, que es mucho más importante terminar un proyecto y presentarlo al público que estar quince años ‘perfeccionándolo’ y nunca sacarlo. Se aprende muchísimo de ver a los lectores reaccionar a una obra y de escuchar la opinión de otros compañeros. Uno mejora más rápido así. Y por último, que compartan su trabajo, que conozcan y recomienden el de otros artistas. Lean de todo.
Para concluir, ¿cuáles son tus cómics/novelas gráficas favoritos?
A city inside, de Tillie Walden; Hawkeye, de Matt Fraction, David Aja, Annie Wu y Matt Hollingsworth; Emigrantes, de Shaun Tan; This One Summer, de Mariko y Jillian Tamaki; The Black Holes, de Borja González; Polina, de Bastien Vivès, y xxxHolic, de CLAMP.