Por David Méndez Jiménez
¿Qué tienen en común Cobra, Magnum, Mike Hammer y Rambo, además de ser héroes de acción de los años 80? Si eres cuaderno de doble raya de esta revistuca informativa, segurolas conoces a valedores que han hecho su desgarriate y de quienes hemos chismorreado en el pasquín, como el monero Jesús Morales, mejor conocido en las bajas esferas viñeteras como El Moraliux. Pues para responder nuestra pregunta les echaremos un choro sobre su hijo pródigo, Maximino Bala, así que límpiense las chinguiñas y pónganse avispas mientras leen.
A finales de los 80, el cómic y la historieta nacional pasaban por un periodo de esplendor, no como el de la lejana época dorada, pero sí con diversos títulos en circulación. Uno de los más exitosos era VideoRisa, por el que desfilaron varios dibujantes, argumentistas y coloristas mexicanos. En su edición 89, que presentaba a Bobotech, parodia realizada por Ricardo Plata, también se incluyó un previo de ocho páginas de una revista que vería la luz unos días después: El Loco Max: Chicotito de los Rufianes.
El primer número de El Loco Max, publicado el 12 de febrero de 1988, contó con 32 páginas a todo color, en un tamaño de 20 x 14 cm y un precio de 400 pesos de aquel entonces. Esta historieta semanal, con guiones y arte de Jesús Morales, tuvo una vida de sólo 20 números.
De acuerdo con el expediente de Maximino Bala, mejor conocido como El Loco Max, el protagonista es un policía que se encuentra entre los ocho mejores tiradores del mundo, además de ser un experto en explosivos desde los tres años, ser cinta negra chorrocientavo dan en kung-fu, karate, judo, lima lama y manitas calientes, y haberse quebrado ya a seis de sus parejas de trabajo.
Según Moraliux, al inicio Max estaba inspirado en Martin Riggs (Mel Gibson en Lethal Weapon/Arma Mortal), y desde su primer número se definió el perfil que la historieta desarrolló en casi medio año de publicación. Mientras que en la película Riggs se une a Roger Murtaugh (Danny Glover), Max es asignado como compañero del teniente Muligan, con quien investiga el suicidio de Sibila Sarraceno, hija de un ex-policía compañero de Muligan.
También en el primer número conocemos a El Jefe y a Nely, hija de Muligan, quién le tira toda la onda (y, literalmente, los choninos) a Max cuando lo conoce. Está también Rigan, su fiel perro mascota, que en más de una ocasión le salva el pellejo. Como todo can de historieta que se respete, Rigan piensa como humano y a veces demuestra ser más inteligente que su dueño. En una ocasión, cuando Max sufrió un atentado, Rigan lo salvó de morir, pero Max quedó paralizado de la cintura hacia abajo, por lo que tuvo que usar unas piernas biónicas y una silla voladora, aunque pasado un tiempo recuperó la movilidad de sus piernas.
También hay que mencionar a su automóvil, Mix, equipado con toda clase de armas y artilugios, y que además de tener personalidad propia e inteligencia artificial, se pudo adaptar a la etapa en que Max estuvo confinado a la silla voladora. Otro artilugio de Max fue una pistola tecnológica parlanchina y voladora, que podía controlar a su dueño y a sus masacres durante las misiones, algo que no era del agrado del héroe.
Ambas fueron invenciones del Profesor Zotacovich, inspirado en Simon McKay, personaje interpretado por David Rappaport en la serie de televisión The Wizard, conocida en México como El Hechicero. El profesor tenía unas sensuales nanas para cuidarlo, y entre sus manías estaba la de dar voz y personalidad femenina a sus inventos, lo que volvía un poco temperamentales a estos artefactos.
Cansado de que las autoridades lo limitaran, Max renunció como policía activo para trabajar de forma independiente, por lo que fue investigador privado, espía, abrió una escuela de detectives, e incluso trabajó como mensajero. A lo largo de la colección, Max enfrentó a ninjas, matones, inventores chiflados, la mafia internacional, pandilleros motociclistas, enemigos rusos, al monstruo de Frankenstein, guerrillas, un auto poseído, maleantes de poca monta, policías norteamericanos y a un mayordomo brujo vudú.
El título también presentó secciones cortas dedicadas a la infancia de Max y a compartir clases de defensa callejera, que medio en serio y medio en broma mostraban consejos útiles en caso de emergencia.
Siguiendo la fórmula utilizada por Moraliux tanto en VideoRisa como en Simón Simonazo, en El Loco Max aparecieron personajes famosos de la época, como Pedro Ferriz, Ronald Reagan, Don Perpetuo del Rosal, Magnum (Tom Selleck), Hulk Hogan, Mandíbulas de Acero (Jaws, el villano de James Bond), Zambo (Rambo, Sylvester Stallone), Los Dukes de Hazzard, Juanito Robocopas (Robocop), Ricky Luis, La Familia Munster, Mike Hammer y Cabra (Cobra), quien se convirtió en socio, compañero, comparsa y amigo de Max.
El mismo Moraliux nos comentó durante la MiniCon Comikaze de diciembre del 2015 que muchas de las ideas para sus historias surgían de pláticas con gente de la editorial y de sus equipos en otras publicaciones. Sin embargo, la historieta no tuvo una planeación previa. Ya que nunca se planteó una línea histórica para la vida del personaje, no quedaron historias en el tintero al cumplir con su ciclo de vida editorial. Sin embargo, de acuerdo con su autor, los tiempos no han cambiado tanto, por lo que las aventuras del personaje podrían aplicarse a la época actual, por lo que de existir una oportunidad, Moraliux traería de vueltas a este personaje, caracterizado por su humor negro, satírico, sangriento y lleno de simoticones (íconos que sustituían el vocabulario altisonante).
En su momento, El Loco Max fue casi satanizado por las mamás, pues según ellas, freía y echaba a perder el cerebro de sus hijos, pero nosotros creemos que ya es necesario que vuelva a las andadas, ¿no les parece?
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