Por Everardo Ferrer
Como parte integral de Ensamble Comics, Luis Alberto Villegas Muñoz, Ville, tiene bien claro que la historieta puede servir mucho más que solo como una forma de entretenimiento. Con su proyecto anterior, Cristóbal el Brujo, trabajado en equipo de manera sorprendente, Ensamble viajó por diferentes partes del país rescatando mitos y leyendas populares de distintas poblaciones, ofreciéndonos en el lenguaje de la historieta ese rescate, presentando las aventuras de Cristóbal enfrentándose a distintos personajes del folklore y la tradición autóctonos.
Ahora, trabajando en solitario, Ville decide irse por un proyecto más realista, pero sin dejar completamente de lado el realismo mágico que definiera a Cristóbal. Lázaro, el protagonista de este trabajo, es un hombre que ha padecido los estragos que la dictadura que el gobierno de Porfirio Díaz ha dejado a la gente más humilde del pueblo mexicano, y cansado de vivir así, decide levantarse en armas para luchar por un cambio, convirtiéndose en un alzado, como muchos de los héroes anónimos de la Revolución Mexicana. Sin embargo, su familia y sus amigos van cayendo uno a uno bajo la metralla. Al llegar el momento de su muerte, Lázaro hace un pacto con El Diablo, quien le promete volverlo a la vida si las circunstancias por las que luchara y perdiera la vida regresaran al país.
Lázaro vuelve a la vida en 2015, sin carne y sin memoria. El Diablo le encomienda reunir trabajos del Taller de la Gráfica Popular y así, cada que el reviniente tiene contacto con ellos, recupera partes de su cuerpo y de sus recuerdos. Sin embargo, al ir Lázaro hilando sus memorias, se percata de que quien se presentara como el Diablo no es quien presumía ser, sino que es una entidad mucho más malévola y con intenciones demasiado oscuras.
Utilizando la historieta como un vehículo de conciencia social, Ville hace un recorrido por los diferentes conflictos y movimientos sociales que se han generado en México a partir de la Revolución: La Decena Trágica, La Guerra Cristera, Tlatelolco o El Halconazo, hasta las Muertas de Juárez o Ayotzinapa, entre muchos otros, con la intención de preservar una memoria que, al igual que la de Lázaro, permaneciera ausente, y todo esto lo hace precisamente utilizando el estilo del Taller de la Gráfica Popular, rindiéndole así tributo a su importante labor como informante y voz del pueblo.
Lázaro y los Alzados (2018) se realizó gracias al programa Jóvenes Creadores del Fonca, cuenta con un prólogo de Edgar Clement y el diseño editorial de Marina Gil (Comikaze). Ville incluye, además, un memorial con los hechos y protagonistas que han formado parte de esta historia, así como una semblanza del Taller de la Gráfica Popular, algo bastante acertado para lograr la total comprensión del lector.
Contacto: luis.ensamble@gmail.com