Por Bernardo Fernández, Bef. Publicado originamente en Comikaze #15 (enero de 2012).
Sobre todas las cosas, busco contar una historia… y contarla claramente.
Hergé
Primero, los datos duros:
Tintin (se pronuncia Tantán en francés) es un personaje de cómic europeo creado por el belga George Remi, mejor conocido por su nom de plume, Hergé (1907-1983).
Tintin debutó en 1929 en el semanario Le Petit Vingtième Siecle (El Pequeño Siglo Veinte). Ello lo convirtió en el más antiguo de los llamados tres grandes de la historieta francófona, junto con Astérix (1959) y Lucky Luke (1946).
La serie inició con la aventura Tintín en el país de los soviets y terminó 23 álbumes después con Tintín y los pícaros (1976). Un álbum póstumo, Tintín y el Arte Alfa (1983) se publicó a lápiz para mostrar a los fans el proceso de trabajo tras bambalinas de Hergé.
Protagonista de la gran historieta de aventuras europea, Tintín es un joven reportero que va por el mundo acompañado de su fiel perro Milou en busca de buenos reportajes para su periódico.
Poco a poco se le van uniendo una pléyade de personajes que incluye a los torpes detectives Dupond y Dupont (Fernández y Hernández), al sabio y distraído Profesor Tryphon Tournesol (Silvestre Tornasol) y al Capitán Haddock. Las aventuras de Tintín habrían de llevarlo alrededor del planeta, yendo desde Sudamérica hasta el Lejano Oriente y de Estados Unidos hasta el Congo.
Personaje de su tiempo, hoy, a más de ochenta años, y a la luz de la corrección política de los albores del siglo XXI, hay quienes ven en sus historietas un panfleto colonialista de profundas convicciones racistas. Y puede que no estén del todo equivocados. Al respecto, resulta notable el hecho de que el álbum Tintín en el Congo, uno de los primeros de la serie, no esté editado en inglés. En éste, los pueblos africanos son mostrados como salvajes e ignorantes, al tiempo que Tintín no tiene empacho en disparar a muerte sobre varios animales que hoy están en peligro de extinción.
Otra de las acusaciones que penden sobre la obra de Hergé es la de la colaboración con los nazis durante la ocupación belga. Efectivamente, Le Vingtième Siecle fue uno de los pocos periódicos que no fueron silenciados brutalmente por los alemanes. Este hecho permitió a Hergé seguir publicando durante tan oscuro periodo, pero como bien señalan sus defensores, eso no convierte al padre de Tintín en un nazi.
De hecho, durante la posguerra Hergé fue llevado a juicio junto con todos aquellos artistas e intelectuales que colaboraron con el ejército invasor.
El suyo fue un caso de acalorado debate del que salió bien librado debido a que para muchos miembros de la resistencia belga, presos en la pavorosa cárcel de Saint Gilles, la única distracción existente era leer las tiras de Tintín en el periódico.
Para finales de la Segunda Guerra Mundial, el personaje ya estaba afianzado en el gusto popular de los europeos, y con más de veinte años de publicación, era para entonces un fenómeno de medios que bien podría compararse con la lisztomanía que produjo el compositor Franz Liszt en el siglo XIX, o con los túmulos que provocarían los Beatles dos décadas después.
Continúa en Las aventuras de Hergé (parte 2)