Por Hugo Daniel del Río, desde Buenos Aires, Argentina
Juan Manuel Frigeri (Rosario, 1983) pertenece a la nueva generación de artistas que va abriéndose paso en las grandes editoriales. Desde plantear impresionantes escenas gore en Avatar Press hasta dar vida con sus trazos y narrativa a personajes icónicos como Spiderman, Ghost Rider y Darth Maul. Gamer y amante de la música, nos dio la oportunidad de tener una charla con él y conocer un poco sobre su paso por el mundo de la ilustración y la historieta, sus influencias, sus experiencias y otros temas de interés.
¿Cómo te has adaptado con respecto a tu interacción con el público en esta cuarentena?
Diría que es mínima la diferencia en mi caso. Desde hace un tiempo trabajo para editoriales extranjeras y por eso es que trabajo desde mi casa. Entonces he vivido en cuarentena desde siempre. Hoy en día existe un mercado más grande de comisiones y de compra de páginas originales. Al final lo importante para mi sería como uno se amolda a estas nuevas costumbres de vida para mantener el contacto. Actualmente la gente se vuelve muy participativa en las redes sociales, interactúan vía stream, hay acceso a mucho material de formación artística como cursos, lives, etcétera. Tengo pensado contribuir a esto en el futuro, subiendo algún material de cómo trabajo. Otra cosa bastante curiosa es que el impacto de la pandemia a nivel industria, con la cancelación de proyectos, irónicamente me liberó el espacio que necesitaba para retomar algunos proyectos pendientes.
¿Cómo ha sido tu transición de lo digital a lo tradicional? ¿Extrañas trabajar en tradicional?
¡Hoy en día es la pregunta recurrente! Estamos justamente en una era en la que un medio nuevo empieza a tener más protagonismo. Cada día es más usual ver a los artistas trabajando de manera digital. Incluso empiezas a ver a artistas de edad más adulta comenzando a hacer uso de las herramientas digitales. En lo personal, trabajar en digital me da un elemento de agilidad y ahorro de tiempo. Esto es muy conveniente para cumplir con mis deadlines. Yo soy partidario de la idea de que no importa mucho la herramienta, pues uno puede adaptarse. Por lo que uno tiene que preocuparse como artista es por la calidad del trabajo. Ambas opciones tienen sus pros y contras. El dibujo digital te ayuda mucho a optimizar tus tiempos. El tradicional (aunque muchos no lo quieran admitir) incluso representa un apoyo económico extra que el método digital no te puede ofrecer. Tengo mucho menos tiempo trabajando en digital que en tradicional. Hoy en día sigo aprendiendo, experimentando. Lo que definitivamente extraño es el contacto con el papel. Si dibujar en ambos métodos me tomará el mismo tiempo, definitivamente me quedaría con el tradicional.
¿Qué inconvenientes tiene para un artista vivir en una ciudad pequeña como Rosario, comparada con Buenos Aries?
Ahora que lo dices, creo que lo tenía poco registrado. Pero recuerdo que de niño no había siquiera un kiosko de revistas cercano para tener acceso a historietas, o sea que el contacto fue muy poco. Ni hablar de tener contacto con algún artista, así que hubo una ausencia considerable durante mi infancia. Uno de mis recuerdos más vívidos de entonces es verme coloreando un librito de Superman. Fue hasta mi adolescencia que tuve contacto por primera vez con una comiquería. Me gustaba mucho dibujar, pero nunca me lo tomé como “Quiero ser dibujante de comics”, pues era algo irrisorio. No sabía que podría existir esa posibilidad, y ni siquiera sabia que existían artistas argentinos dibujando para editoriales internacionales.
Posteriormente una comiquería abrió un curso de dibujo de comics. Mi mamá me dijo: “¿Porque no vas?”, y yo fui, no muy convencido. Resulta que el artista que daba el curso trabajaba para editoriales como DC y Marvel. Yo no lo conocía, era Marcelo Frusin (Hellblazer, X-Men, Kick-Ass). Él fue mi primer profesor y el primer artista de comic con quien tuve contacto. Sin duda hay que agradecerle mucho, porque a pesar de tener una carrera en ascenso se preocupó por compartir su conocimiento y su experiencia a varios que actualmente trabajamos para editoriales locales y extranjeras. Y bueno, aunque solo pude estar unos meses en las clases, me di cuenta que no bastaba con dibujar bien, pues había que contar una historia. Es curioso que a pesar de que Rosario es una ciudad con mucho menos población y aparentemente con menos movida que Buenos Aires, ha generado una buena cantidad de artistas, como Germán Peralta (Cable, Maestro, Prisoner X), Kristian Rossi (Trespasser, Void Walker), y obviamente Marcelo. Incluso Eduardo Risso organiza anualmente en Rosario la Crack Bang Boom, que es el evento de historietas más importante de Argentina.
¿Tus padres te apoyaron para seguir tu camino a la historieta?
Si bien mis padres consideraban que tenía talento para dibujar no estaban seguros de que uno podría vivir de esto, y tuve que optar por estudiar una carrera, así que me decidí por la arquitectura. Si bien podía dibujar un poco durante los estudios, nunca tuve la vocación para diseñar edificios. Estuve tres años en la carrera y pasaba más mi tiempo dibujando caricaturas de los profesores que dándole bola (prestando atención) a las clases. Los dibujos se volvieron bastante populares aunque mi autoría siempre estuvo bajo el anonimato. Siempre me he considerado una persona de perfil bajo.
¿Cómo retomaste el camino hacia lo que querías hacer?
Estuve un tiempo haciendo todo tipo de trabajos hasta que un día un amigo me contactó para decirme que un estudio de animación en Rosario estaba buscando gente. Ahí el dibujo se convirtió en un trabajo serio, trabajando de ocho a diez horas diarias; dibujando la mayoría de las ocasiones algo que no te gusta o haciéndolo tal como te lo piden. Pero sin duda aprendes que esto también se trata de una disciplina. Ahí conocí a Germán Peralta y Kristian Rossi; en medio del trabajo que realizábamos, el gusto por los comics nos unía. Paso el tiempo y cada uno comenzó a buscar otros caminos. Yo comencé a trabajar con algunos autores independientes en proyectos pequeños y de poca paga, pero que me ayudaron para obtener más experiencia. Tiempo después, Bruno Chiroleu quería impulsar un proyecto con potencial para ser publicado y que además fuera una ventana para mostrar el talento que existe en Argentina. Esto derivo en Terminus; una antología de 12 números con la participación de varios artistas que compartíamos la misma inquietud que Bruno. Esto representó también mi encuentro con Germán. Hoy en día, Terminus es una editorial que impulsa proyectos de historieta en Argentina.
¿Y cuando llegó la gran oportunidad?
Mientras trabajábamos en el proyecto de Terminus me puse en contacto con un representante de artistas. Hoy en día es una opción que puede facilitar un poco el camino para hacer llegar tu trabajo a las editoriales. Avatar Press se interesó en mi trabajo y comencé haciendo mucho contenido gore para ellos, lo cual fue muy divertido, ya que era la primera vez que yo experimentaba con este tipo de contenidos. Estar activo en Avatar me abrió las puertas para participar con Dark Horse cuando aun manejaba la licencia de Star Wars y así dibujar el título de Darth Maul: Son of Dathomir. Digamos que ese fue mi primer trabajo “importante”. Bueno, todo trabajo es importante, ¡pero se trataba de Star Wars! Me siento muy satisfecho de ese trabajo, ya que además de tener a los editores de Dark Horse, Dave Filoni (The Mandalorian) daba su visto bueno por parte de Lucas Arts.
Lo que sí tengo que confesar como primicia, porque es la primera vez que lo externo públicamente, es que antes de que se diera la oportunidad con Dark Horse me llegó una oferta para hacer Smallville en formato digital para DC Comics. Hoy en día no encuentro respuesta a por qué me negué a esta oportunidad de trabajo. Viéndolo a la distancia me siento un estúpido, pero así fue como se dieron las cosas. En ese momento de mi vida había mucho miedo en mis cuestiones personales, el país atravesaba de nuevo una situación económica compleja que impactaba las transacciones en moneda extranjera, y tenía miedo de no cumplir con los deadlines; vamos, creo que no me sentía del todo listo en ese momento. Por otro lado, de haber aceptado hacer Smallville, no hubiese tenido la oportunidad de hacer Darth Maul, que de hecho fue de las pocas historias que quedaron dentro del canon después de que Disney comprara Star Wars. Incluso Marvel reeditó la historia, así que la vida te juega de formas muy variadas.
¿Cómo es trabajar para Marvel?
En realidad yo ya había tenido la oportunidad de interactuar un poco con Marvel. C.B. Cebulski estuvo revisando portafolios en una edición de la Crack Bang Boom, en la época en que él aun era el cazatalentos de Marvel. Uno llega con mucha ilusión y fantasea con la idea de que en el momento que revisen tu trabajo van a decirte “¿Donde estuviste toda mi vida? Mañana comienzas a trabajar”. La realidad es otra totalmente. Hoy en día me sigo preguntando que vio C.B. Cebulski en mi trabajo, porque me dio una critica bastante buena y me entregó su tarjeta de contacto para que le mandara más muestras. Si hoy viera las páginas que presenté seguramente las quemaría. Al final la relación se fue diluyendo, ya que Cebulski dejó de ser el cazatalentos de Marvel y también se dio la oportunidad con Avatar Press, por lo que seguir enviándole muestras era cada vez más complicado.
Muchos años después de aquel primer contacto otros editores de Marvel se interesaron por mi trabajo ya publicado y así llegó la primera oportunidad de ser publicado en Marvel. Es importante mencionar que cuando uno tiene la oportunidad de entrar a una editorial como Marvel no es que recibas un título de forma permanente. La mayoría de las veces, como en mi caso, entras como relevo, para apoyar emergencias, ausencias o retrasos en los deadlines. Pero ya estaba ahí, así que lo importante ahora era demostrar que podía cumplir los deadlines. Mi primera contribución fue en un tie-in de Patriot (Young Avengers) del evento Secret Empire. Esto me abrió la oportunidad de participar en otros títulos como Spider-Man: Renew Your Vows y Dr. Strange Annual, pero creo que la oportunidad que me permitió trabajar de manera más regular para Marvel fue apoyar a Adam Kubert en Peter Parker: Spectacular Spider-Man. Primero lo ayudé a realizar algunas páginas, luego a definir y entintar sus layouts, hasta que los últimos números fueron totalmente de mi autoría. Fue una linda experiencia porque aprendí mucho de narrativa con Kubert, quien también revisaba mi trabajo. Sin duda fue algo motivante para seguir dibujando con la mejor calidad posible. Todo esto se conjuntó para que se dieran más proyectos como The Amazing Nightcrawler, Ghost Rider, y algunos motion comics.
¿Qué personaje has disfrutado más?
Tengo un problema con eso, pues rozo en la prostitución artística con relación a los personajes que dibujo. Cada vez que me involucran en un proyecto me enamoró de sus personajes. Me preocupo por lo que los lectores quisieran ver en ellos y pongo todo mi amor al servicio de los personajes que dibujo. Por ejemplo, Spider-Man empata mucho con mi gusto por las escenas de acción; en The Amazing Nightcrawler quise plasmar lo que buscaba Seanan McGuire, una escritora con un perfil más orientado hacia las novelas, con argumentos más enfocados en transmitir ideologías y cuestiones sentimentales. En el universo de Age of X-Man, Nightcrawler es un actor de cine, entonces mi forma de plasmarlo ahí fue buscar que se viera atractivo, con glamour, sin hacer de lado la esencia y el canon del personaje, cuya apariencia tiene una carga histórica. Con Ghost Rider exploré algo que no había experimentado, pues jamás me vi haciéndolo, pero trabajar con Ed Brisson hizo que disfrutara muchísimo dibujarlo. Desafortunadamente la serie se canceló debido a la pandemia.
¿Como definirías tu estilo?
Yo me preocupo mucho por dos cosas dentro de mi narrativa: que sea dinámica y fluida. Digamos que, una crítica sana sobre mi trabajo ha sido que aunque gusta mucho, se lee muy rápido, y eso no tiene que ver con la cantidad de diálogo. Si fuiste capaz de leer el comic en una escapada al baño, entonces estoy honrando el estilo que busco transmitir ja, ja, ja.
Si tuvieras el DeLorean a tu disposición, ¿con quién te gustaría trabajar y en qué proyecto?
¡Me mataste con esa pregunta! Estoy siempre en el día a día y no me había dado el tiempo de pensarlo. Me gustaríatrabajar con Chip Zdarsky. Sería muy lindo aplicar mi estilo y narrativa a sus guiones. Es un tremendo escritor.
Cuéntanos cómo es un día normal en la vida de Juan Frigeri
Facilísimo. Me levanto, pongo la pava para preparar mate mientras voy prendiendo la computadora, y me pongo a dibujar. Paro para comer, y luego sigo dibujando hasta que no doy más. Todo esto mientras escucho música. Puedo decir que no poner música para trabajar sí me afecta un poco, pues ponerme los audífonos me aísla y enfoca, siento que así soy más efectivo. He pasado por un montón de estilos, desde el metal hasta el pop. Cuando tengo un tiempo disponible miro series y hago ejercicio, lo cual me parece algo importante después de estar tantas horas sentado sin hacer mucho movimiento. Juego muchos videojuegos, pues me ayudan mucho para absorber “nutrientes artísticos”. Muchas de mis influencias vienen de los videojuegos.
¿Qué juegos te gustan?
Me gustan mucho los que son narrativos. Ahora estoy jugando The Witcher 3, que tiene elementos fantásticos muy buenos. Otros similares cuyas historias me atraparon han sido Tomb Raider, Metal Gear, Resident Evil, The Last of Us, y God of War, entre otros. Cuando termine The Witcher me espera el remake de Final Fantasy VII que recién salió.
Para cerrar, compártenos un último mensaje para los lectores de Comikaze
¡Me la pase muy bien en esta charla! La disfruté mucho y creo que lo único que podría expresar a manera de deseo es que disfruten y abran el corazón a todos los contenidos que puedan encontrar en el cómic y el arte en general. Que se animen a sacar las facetas artísticas que tengan y que no se desanimen si no lo logran a la primera. Hagan siempre las cosas por amor al arte, pues el día de mañana uno no sabe qué va a pasar.
***
Conoce más del arte de nuestro entrevistado siguiendo su cuenta de Instagram.