Por Eduardo Arredondo. Publicada originalmente en Comikaze #9 (julio de 2010).
Un día, hace algunos años, cuando trabajaba para una agencia de publicidad, preso del aburrimiento, me dirigí al departamento de medios de comunicación, oficina donde se podían encontrar varios periódicos de circulación nacional que se apilaban en cerros. Fue allí donde me topé con El Cerdotado por primera vez, en las páginas del diario Milenio. Está de más decir que me encantaron las aventuras del cerdito antropomorfo, por lo que me convertí en fan de este corruptible superhéroe. A veces un ángel guardián, a veces un ángel de la muerte, el Cerdotado siempre se ve afectado por la continua crisis económica que lo agobia a él y su familia, por la que está dispuesto a hacer lo que sea…claro, siempre y cuando eso no implique rebajarse a trabajar como cualquiera de nosotros.
El Cer apareció por primera vez en 1988 en la revista Cómics Club, de la Facultad de Artes Visuales de la Universidad Autónoma de Nuevo León, pero fue gracias a la revista de corte underground PsyComix (1997) que llegó a las masas. Pero bueno, creo que ya escribí de más, así que dejemos que sea el mismo autor quien nos hable de este singular personaje. Con ustedes, el maestro Polo Jasso:
Antes de tocar el tema de El Cerdotado, nos gustaría saber un poco más del creativo detrás del personaje, así que háblanos un poco de ti. ¿Quién es Polo Jasso?
Un tipo que nació en Monterrey, que creció leyendo cómics y viendo caricaturas, un estudiante regular, mal deportista y pésimo en cualquier trabajo, quien tuvo la suerte de encontrar empleo haciendo lo único que sabía hacer: dibujar caricaturas.
¿Quiénes han sido tus principales influencias en el dibujo?
La principal fue Francisco Ibañez, creador de Mortadelo y Filemón. Su estilo tan salvaje para hacer comedia quedó impreso en mi mente como una cicatriz. Luego está Jack Kirby con sus historietas de Los Cuatro Fantásticos, Mr. Miracle y los Nuevos Dioses; y por supuesto, no falta la enorme influencia que me provocó la revista MAD, que se publicaba en Monterrey.
¿Cómo incursionaste de manera profesional en el ambiente tan difícil del cómic?
Como digo antes, fue por suerte. Yo no tenía idea de que podría vivir haciendo cómics, pues me dedicaba a la publicidad y el diseño grafico para ganar dinero y mi diversión era dibujar. En una ocasión se requirieron dibujantes para la sección dominical de El Diario de Monterrey (hoy Milenio) y participé en esa sección con El Cerdotado.
Tuve la fortuna de que al director del periódico le gustara y me pidió que la dibujara diariamente para el periódico. Acepté, aunque con ciertas dudas de poder hacer una tira todos los días. Eso fue en enero de 1999, así que al parecer pude con el paquete.
En cuanto a tu personaje insignia ¿cómo surgió el Cerdotado?
Surgió como una broma, cuando era estudiante en la Facultad de Artes Visuales de la UANL. A alguien del salón le dijeron “Cerdotado” sólo por una ocasión, y a mí se me ocurrió dibujarlo. Luego se empezó a publicar un fanzine en la misma Facultad, llamado Cómics Club, donde tuve la primera oportunidad de dibujarlo en serio por vez primera. Eso fue allá por 1988.
¿Cómo ha evolucionado el Cer a través del tiempo?
Bastante, ya no es lo que era al principio. La primera vez que lo dibujé era un marrano muy gordo disfrazado de Superman, con actitudes de superhéroe cliché.
Después de eso se me ocurrió darle un giro drástico, pues se supone que el primer Cerdotado muere en su primera misión y que su primogénito, quien heredó sus poderes genéticamente, decide tomar la capa de su padre y continuar con su carrera, con la diferencia de que su hijito es bastante corrupto y débil de carácter para ser un héroe decente.
A medida que pasa el tiempo, según la situación del país, el personaje también sufre cambios. El más drástico últimamente ha sido que le dio por casarse. Veamos qué sigue, tal vez el divorcio… o ser padre.
Hablar solamente de este superchancho sería injusto, ya que el universo que has diseñado tiene infinidad de personajes entrañables, como el Conejo Marihuano o Jersey, pareja del Cerdotado, entre otros. ¿Cómo surgen estas creaciones? ¿Acaso te fijas en las cualidades o defectos de la gente que te rodea?
En los de la gente que me rodea y en los propios. Por ejemplo, el Conejo Marihuano está basado en un borrachito que se subía a los camiones a pedir dinero, pero debido a la demencia provocada por años y años de alcoholismo, no hablaba bien y por ello no se le entendía nada. Pero me he fijado que el Conejo también puedo ser yo, pues siempre estoy muy serio, callado y a veces hasta tristón, pero aún así logro ingeniármelas para comunicarme y hasta divertir a la gente sin usar palabras.
¿Qué tan afortunado es que El Cerdotado, al ser una tira cómica, aparezca en las páginas de un diario que regularmente publica caricaturas políticas?
Yo creo que tanto como sacarse la lotería. Aunque debo decir que en mis cómics también hay algo de polaca. No es que mis personajes opinen de la situación política, sino que VIVEN la situación política. Eso es lo que también me ayuda mucho a publicar en un diario.
¿Qué le depara el futuro a este singular superhéroe?
Hay planes, pero mejor no hay que platicarlos, no se vayan a salar.
Casi para terminar, dinos ¿has hecho algún otro trabajo aparte de El Cerdotado?
Antes de esto hacía dibujos para publicidad y comerciales, de hecho a veces lo hago fuera del periódico. ¿Has visto al pollo Wingalesio del restaurante Las Alitas? Pues yo lo hice.
Sabemos que en México es muy difícil o casi imposible vivir de este medio. En tu caso, ¿trabajar en un periódico te ha ayudado a superar este obstáculo?
Claro que sí. La publicidad que me ha dado el periódico, físicamente y por Internet, no tiene precio. En todo el país hay quienes conocen mi trabajo y además tengo lectores en Estados Unidos, Sudamérica y España. Una vez hasta me escribieron de Alemania.
¿Estar vigente en un periódico de circulación nacional te ayudó para publicar y promover los tomos recopilatorios de El Cerdotado?
Por supuesto. Aunque tengo la suerte de que entre mis lectores también estén los que nunca leen el periódico.
¿Cuál es tu sentir al respecto de las nuevas generaciones de dibujantes, que por lo regular sólo vemos en convenciones de cómics?
Hay muchos jóvenes con talento y energía, que han sido capaces de conquistar lectores fuera de esas convenciones. Pero muchos de ellos sólo logran salir adelante al trabajar fuera del país. ¡Qué bueno para ellos, pero qué malo para nosotros!
Sólo espero que la situación de los dibujantes de cómics en México mejore. Y sí han mejorado las cosas, pero muy lentamente.
Y las últimas preguntas ¿Has pensado en el día en que dejes de dibujar al Cerdotado? ¿Qué seguirá para Polo Jasso?
A veces trato de no pensar en eso, pues creo que después del Cerdotado ya no habrá nada más para mí, ya que lo que haga será para sobrevivir o sólo por el gusto de explorar otros temas.
Pero haga lo que haga, nada podrá superar al Cerdotado, que es mi mayor obra, mi garbanzo de a libra. Nada de lo que cree después podrá igualarlo, mucho menos superarlo.
Así concluye la interesante plática con este carismático artista, cuyo trabajo podemos admirar día con día en cualquier puesto de periódicos. Sólo queda esperar que el grito de batalla del Cerdotado resuene mucho tiempo más.
¡¡¡AJOOY!!!
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