Por Miguel Ángel Hernández
Bárbara Canepa y Alessandro Barbucci, también autores de W.I.T.C.H. y Monster Allergy, son los responsables de Sky Doll, una de las series más aclamadas del cómic europeo en las últimas décadas, y no es para menos.
La protagonista de Sky Doll (2000-2016) es Noa, una robot que trabaja en un servicio de “autolavado” que funciona para complacer los deseos de su amo en turno, en una ciudad futurista enajenada por la religión, que al exponer falsos ídolos adquiere gran poder, económico y político para hacer lo que le venga en gana.
A medida que pasan las páginas y entre líneas, podemos adivinar que en Noa existe algo de divinidad real, pero descubrimos que por alguna razón no se le ha permitido tener acceso a esa información (ni a ella, ni al lector), por lo que sólo podemos unir las piezas por medio de sus recuerdos.
La crítica a la religión en este cómic es al mismo tiempo muy sutil y directa, hasta cierto punto sarcástica, además que su combinación de texto metafísico y ciencia ficción hace que la narrativa sea muy interesante. Por otro lado, aunque el ritmo de la historia es lento, el arte explota la experiencia de sus autores en proyectos de Disney, dándole gran agilidad, expresividad y dinamismo a los personajes.
Aunque la historia se publicó a lo largo de varios tomos, el arte de Sky Doll: La ciudad blanca (2006) incluye toda una cátedra de cómo se realizó la primera entrega, así como diseños de personajes y escenarios, algo invaluable para cualquier dibujante.
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