Por Everardo Ferrer
Gran cierre de la trilogía Narrativa Gráfica Mexicana dedicada a la lucha libre. El volumen, editado por ARCOM Producciones, está realizado en su totalidad por mujeres artistas, por lo que es un ejemplar cargado de poder femenino.
La carta de presentación es una increíble portada ilustrada por la reconocida artista Palmira Campaña, que enmarca un abanico de ideas y de estilos con los que las autoras aportan su talento a la historieta luchística. El volumen abre con una introducción contundente a cargo de Monserrat Gómez Ramírez, en la que señala algunas de las dificultades a las que las mujeres han tenido que enfrentarse para ganar su lugar dentro de la lucha libre.
La Médica Asesina es el primer relato gráfico, obra de la experimentada Adalisa Zárate, todo un referente del dibujo con estilo manga en México. La historia es mucho más que el cuento de solidaridad y amor de pareja que se puede ver en las viñetas, ya que se trata de una suerte de expiación o de exorcismo con los que la autora hace las paces con la lucha libre, tema vetado en su familia durante mucho tiempo.
Arena Chamuko, de Nathalie Argaez, Aujerji, es el único trabajo del libro (dibujado con estilo manga) que se enfoca totalmente en un encuentro de lucha, en donde las contendientes se disputan un título infernal.
Lucha Libre 1991, de Rocío Pérez, Momo, presenta los trazos más limpios de esta publicación, en una historia en que la lucha forma parte importante en la unión de una familia.
El Empate, de Karen Espinosa, Kikinka, regala uno de los mejores relatos, el del encuentro desigual entre Mary Brunni, una destacada bailarina, y el luchador artemarcialista conocido como Conde Koma, y sus tramposos resultados mediáticos. El peculiar apartado visual está muy alejado del de sus compañeras, pero aún así transmite lo que pretendía.
Pivellino ofrece el trabajo más tierno del volumen, pues se trata prácticamente de un cómic infantil protagonizado por animalitos: un ratón y una perrita que sueñan con convertirse en luchadores y justicieros. Esta historia fue realizada por Dora Infante, con el apoyo de Vania Barrón.
Pega Como Niña, de la imparable Idalia Candelas, es el cierre triunfal no solo de este volumen sino de toda la colección, en la que ya había participado anteriormente, haciendo evidente una mayor libertad creativa al presentar en esta ocasión un trabajo de su completa autoría. Tomando como inspiración la historia de La Reina del Escándalo, Idalia entrega un relato en que la protagonista, que podría ser cualquier mujer, lucha contra la opresión masculina, recuperando su dignidad en una historia de empoderamiento.
Este interesante volumen se complementa con una serie de pin ups realizados por Rosario Lucas, Adalisa Zárate y Dora Infante, utilizando las dos últimas estilos completamente distintos a los de sus historietas para esta antología.
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