Por Joel Cuéllar López
Para cualquier aficionado latinoamericano al noveno arte, el nombre de El Eternauta debe resultar familiar. Considerado como una obra maestra no sólo del cómic, sino de la literatura argentina en general, es sin duda el cómic más relevante de dicha nación. Se trata de una obra que ciertamente ha rebasado el tiempo y las fronteras.
Esta historieta, ambientada en un entorno de ciencia ficción, se publicó originalmente en el suplemento semanal Hora Cero entre 1957 y 1959, y desde el primer número supo mantener en vilo a un gran número de lectores, cuyo número creció muy rápido, lo que llevó de forma posterior a una gran cantidad de secuelas y reediciones.
La inspiración que dio origen a esta obra fue Robinson Crusoe de Daniel Defoe, que trata de explorar la soledad del hombre, preso no por encontrarse rodeado por el océano, sino por estar rodeado de muerte. A pesar de esta inspiración original, la historia fue creciendo semana a semana, tomando rumbos inesperados. Por lo anterior, la historia nunca es lo que parecía en un inicio y sorprende con cada giro dramático.
Otro aspecto que dota de personalidad a la obra es la manera en que se desarrolla, tomando puntos geográficos de la ciudad de Buenos Aires como referencias directas para narrar la historia, lo cual es bienvenido en un mercado de historieta donde ciudades como Nueva York o Tokio son la referencia permanente, rivalizadas sólo por ciudades ficticias como Gotham City o Metropolis.
Ciertamente El Eternauta es una de esas obras de las que se pueden escribir tesis completas, ya que tanto la obra como los sucesos alrededor de su creación, así como lo ocurrido con sus autores, son temas que pueden analizarse desde varios puntos de vista, además de que la obra misma da para una cantidad casi inagotable de tópicos.
En este artículo decidí no mencionar los sucesos de la trama original, ya que espero que esta breve introducción al tema sirva como una invitación para quienes por una u otra razón todavía no la han podido leer. Y para quienes ya tienen el gusto, la invitación es a compartir sus impresiones de la lectura en los comentarios. Mi decisión de omitir detalles se basa en mi experiencia como lector, pues me parece una obra que se lee mejor sin conocer los específicos. En otras palabras, esto será spoiler free.
Los autores
El principal autor y guionista fue Héctor Germán Oesterheld, un políglota con formación como geólogo y nativo de Buenos Aires. Comenzó su carrera en las historietas en los años cincuenta, teniendo éxito con una amplia variedad de personajes publicados en diferentes revistas. Para cuando comenzó a trabajar en El Eternauta, ya contaba con cierto renombre, pues su obra no sólo era prolífica, sino que contaba con buena calidad.
Se trata de un autor con talento para dar un giro novedoso a temas conocidos, además de que sus personajes solían estar más desarrollados y ser más verosímiles que los de la mayoría de sus contemporáneos. Esto fue justo lo que ocurrió cuando introdujo al personaje de Juan Salvo para El Eternauta, descrito como un hombre común, lo que permitió una fácil identificación con él. No creó a un héroe que salvaba el día gracias a sus atributos individuales, sino a su liderazgo, el cual era inservible sin otros personajes que le auxilian a lo largo de su aventura.
El segundo autor original fue Francisco Solano López, quien se convertiría en uno de los dibujantes más importantes de la historieta argentina. Previo a la publicación de El Eternauta trabajaba en la editorial Frontera, fundada por Oesterheld y su hermano, y fue él quien sugirió la idea de crear una serie de ciencia ficción con un tono más realista a lo que se hacía en la mayoría de las historias de ese género.
A partir de esa sugerencia, Oesterheld desarrolló el primer guion, lo cual deja ver la importancia de la colaboración, no sólo en el ámbito de la historieta, sino en cualquier empresa, sobre todo si se trata de algo con enfoque creativo.
La tragedia
Oesterheld desapareció el 27 de abril de 1977, después de la desaparición de sus cuatro hijas, que junto con un número indeterminado de civiles (que se cree llega a miles) forman parte de uno de los episodios más tristes de la historia argentina. Presumiblemente la dictadura de Videla lo asesinó en 1978. Aunque existe certeza sobre las motivaciones políticas tras su desaparición, sólo se presume porque no hay certeza de los detalles o los nombres de muchos de los involucrados, y su cuerpo no ha sido localizado.
Tenemos que entender el contexto social y político, no sólo de Argentina, sino de toda Latinoamérica a finales de los setenta. Al utilizar un medio que no era tomado en serio, como lo era la historieta, Oesterheld pudo comentar sobre aspectos de su sociedad sin confrontar directamente al estado. Del mismo modo, el uso de un género como la ciencia ficción permite hablar a través de metáforas, por lo que las críticas u observaciones pueden hacerse de manera encubierta.
Entonces ¿el éxito protegió o delató a Oesterheld?
Pasó una década desde el inicio de El Eternauta a su secuestro por parte del estado, por lo que si leemos sólo la obra original será difícil identificar la conexión entre su obra y la represión del estado. Para quien desee comprenderla mejor, es necesario leer lo que se podría considerar el canon completo de El Eternauta, que incluye la historia original, el “remake” que el mismo Oesterheld hizo junto a Alberto Breccia y El eternauta II. Aunque existen muchas otras historias, éstas se encuentran inconclusas, inéditas o fueron realizadas tras la muerte de Oesterheld.
Actualidad
Fantagraphics Books editó en 2015 una edición en inglés que obtuvo tres nominaciones a los Premios Eisner, ganando como mejor colección o proyecto de archivo de tiras de prensa. Para algunos ésta es quizá la mejor edición de El Eternauta, a pesar de no encontrarse en el idioma original.
Mientras tanto, gracias a la editorial RM los lectores de habla hispana podemos disfrutar una buena edición de la obra original, publicada en 2013. Se trata de una edición de pasta dura que busca y logra ser una verdadera edición de colección.
En 2020 Netflix anunció que está en planes para adaptar esta obra clásica para su plataforma de streaming y que el resultado estará disponible para todo el mundo en 2022. Al parecer será una serie de live action adaptando la historia original, e incluso contará con la participación de la familia Oesterheld, de mano de Martín Oesterheld, cineasta y nieto del autor.