Por Alberto Calvo. Publicado originalmente en Comikaze #30 (mayo de 2016)
El cómic estadounidense atraviesa un momento rico en diversidad. Incluso las series regulares de Marvel y DC comparten espacio con títulos propiedad de sus autores, pero no siempre fue así. Dark Horse Comics, una de las editoriales que ayudaron a que el medio se desarrollara y llegara a su estado actual, celebra este 2019 su aniversario 33, por lo que es un buen momento para repasar su historia.
El comienzo
Imposible hablar de Dark Horse sin mencionar a su dueño y fundador, Mike Richardson. Nativo de Portland, Oregon y graduado de una licenciatura en artes, en 1980 fundó una librería y tienda de cómics llamada Pegasus Books, que pronto se convirtió en una cadena con tiendas en varias ciudades del noroeste de Estados Unidos. A lo largo de los años entró en contacto y formó amistad con escritores y dibujantes, de quienes aprendió mucho sobre las prácticas de la industria estadounidense del cómic.
Una de los principales malestares de los autores era la falta de control sobre sus creaciones, que eran propiedad de la editorial para la que estuviesen trabajando. Aunque desde la década anterior hubo varios intentos por establecer a los autores como propietarios de su trabajo, fueron aislados y no del todo exitosos.
En 1986, con ayuda de su amigo, el escritor Randy Stradley, Richardson usó los recursos generados por sus tiendas para fundar una pequeña editorial con la idea de dar a los autores un espacio para trabajar sin tener que renunciar al control de sus ideas. En julio de ese año apareció el primer número de Dark Horse Presents, una antología que combinaba historias cortas con serializadas, de entre las que destacaba Concrete, de Paul Chadwick.
El acuerdo con los colaboradores del título les otorgaba todas las ganancias generadas una vez cubiertos los costos de impresión y distribución. Los cálculos de la editorial indicaban la necesidad de vender 10 mil ejemplares para cubrir sus gastos, así que al lograr ventas de 50 mil copias se pudo dar inicio formal a las operaciones de una de las editoriales de cómics más importantes de Estados Unidos.
En 1987, Concrete fue la primera historia en pasar de las páginas de Dark Horse Presents a su propia serie, algo que a lo largo de los años ocurriría con varios seriales. La obra de Chadwick fue un éxito de crítica y ventas, y con el paso del tiempo ha acumulado muchos premios, incluyendo nueve Eisner.
De la pantalla al cómic
Richardson apuntaló el negocio con la adquisición de licencias, y en 1988 lanzó con gran éxito Aliens, seguida pocos meses después por Predator. Los cómics basados en películas y series de televisión no eran nada nuevo, pero Dark Horse hizo algo que a nadie se le había ocurrido: tomarlos con seriedad. En vez de historias sin peso dramático y producidas al vapor, contrató escritores y dibujantes de primer nivel para desarrollar series que servían como secuelas de las películas o programas en que estaban basadas. Esos títulos resultaron muy populares entre los fans de esas propiedades, así como entre los lectores casuales, por lo que la reputación de Dark Horse como alternativa de calidad siguió en aumento.
En 1991 su catálogo de licencias sumó una que sería parte esencial de Dark Horse por más de 20 años: Star Wars. Partiendo con la miniserie Dark Empire, que ocurría seis años después de la batalla de Endor, Dark Horse ayudó a revivir el interés por la franquicia, incluso antes de que se anunciara la trilogía de precuelas. Junto a las novelas y juegos de rol de la época, esos cómics dieron forma a lo que se conocería como el Universo Expandido, mismo que fue reconocido como parte oficial de la saga hasta 2014.
El éxito de los cómics de licencia de Dark Horse fue tal que pronto se convirtieron en el socio de elección para muchas compañías, por lo que a lo largo de los años el sello ha producido material para Buffy the Vampire Slayer, Serenity, Dollhouse, Mass Effect, Conan, y muchas otras propiedades de cine, televisión, libros y videojuegos.
Santuario autoral
El trato ofrecido en Dark Horse Presents convirtió a la editorial en una atractiva opción para autores con proyectos propios, a la vez que atrajo nombres de peso como Frank Miller o John Byrne. Durante los 80, Miller dejó huella a su paso por Marvel y DC, pero estuvo semiretirado entre 1988 y 1989. Llegó a Dark Horse en 1990 con dos proyectos en colaboración con diferentes artistas: Give Me Liberty, con Dave Gibbons, y Hard Boiled, con Geoff Darrow. El éxito de ambos fue tal que decidió hacer su siguiente proyecto en solitario con la misma editorial, y en junio de 1991 comenzó a serializar Sin City en las páginas de Dark Horse Presents.
Tres meses después, el mismo título vio el debut de Next Men, de John Byrne, quizás el único autor capaz de rivalizar con el éxito y popularidad de Miller durante la década anterior. Las puertas estaban abiertas. En 1992 Matt Wagner recuperó los derechos de Grendel y llevó el personaje a Dark Horse, donde desde entonces han aparecido historias nuevas y reimpresiones de material anterior.
John Byrne’s Next Men también se convirtió en serie regular, y fue en sus páginas que, en 1993, debutó Hellboy, creación de Mike Mignola que meses después se graduó a su propia serie y que a la fecha es uno de los estandartes de la editorial. En 1996, Usagi Yojimbo inició su estadía en la editorial con una miniserie de ciencia ficción en que un descendiente del personaje original corría aventuras en el espacio. Meses más tarde, Stan Sakai inició una serie regular que continuaba las aventuras publicadas hasta entonces por Fantagraphics.
Otros autores notables que han publicado a través de Dark Horse son Art Adams (Monkeyman and O’Brien), Mike Allred (Madman), Sergio Aragonés (Groo), Bryan Talbot (The Tale of One Bad Rat, The Adventures of Luther Arkwright), P. Craig Russell (Ring of the Nibelung), Gerard Way y Gabriel Bá (The Umbrella Academy), Eric Powell (The Goon), Brian Woods (The Massive), Matt Kindt (Mind MGMT), Greg Rucka (The Veil), Michael Avon Oeming (The Victories), Steve Niles (Criminal Macabre), Tom Morello (Orchid) y Guillermo del Toro (The Strain).
Para destacar sus cómics de autor, la editorial creó un sello dónde agruparlos. Legend nació en 1994 con una impresionante alineación que incluía a Miller, Byrne, Mignola, Adams, Chadwick, Gibbons, Darrow y Mike Allred, a quienes se unirían otros más. El sello se disolvió en 1998 y fue sustituido al año siguiente por Maverick, que mantenía la misma idea de agrupar los títulos de autor, pero enfatizando la diversidad de voces. Para reforzar el concepto, se invitó a cada artista a que diseñase su propia versión del tradicional logo de la editorial, un caballo de ajedrez.
Diversidad global
Desde los inicios de Dark Horse el manga fue una pieza importante, comenzando con Godzilla: King of the Monsters, publicado en 1987. Durante la década siguiente, Mike Richardson realizó frecuentes viajes a Japón para consolidar alianzas, y gracias a ello su línea de manga ha contado con series tan importantes y populares como Akira, Lone Wolf and Cub, Astroboy, Ghost in the Shell, Blade of the Immortal, Gunsmith Cats, Oh my Goddess!, Trigun, Vampire Hunter D, Gantz, o Magic Knight Rayearth, además de las adaptaciones manga de la trilogía original de Star Wars.
El cómic europeo también tuvo cabida en la editorial, que en 1989 lanzó Cheval Noir, antología que recogía obras de reconocidos autores del viejo continente, la cual tuvo un total de 50 números, cesando su publicación en 1994. Algunas historias de Moebius aparecieron ahí antes de convertirse en series individuales, y recientemente se anunciaron planes para rescatar el catálogo del legendario autor francés en una colección de lujo.
En 2006 empezaron a aparecer títulos de manhwa (cómic coreano), publicados bajo ese apelativo por primera vez en occidente, donde anteriormente se les publicitaba como manga, lo que nunca fue del agrado de sus autores. A pesar de no gozar de la misma popularidad que su contraparte japonesa, la línea de manhwa de Dark Horse se ha ganado un importante nicho en el mercado, acrecentando la reputación del sello como proveedor de diversidad en entretenimiento gráfico.
Más allá de los cómics
Desde sus inicios, la relación con Hollywood fue muy cercana. Además de los tratos para cómics de licencia, algunos productores ya veían al medio de las viñetas como potencial fuente de historias. Richardson quiso involucrar a los autores en el desarrollo de las películas basadas en sus obras, por lo que se volvió productor. Con ayuda de Larry Gordon (con quien coprodujo la cinta Dr. Giggles), Richardson fundó Dark Horse Productions en 1992. Poco después cambió el nombre a Dark Horse Entertainment y produjo películas basadas en dos cómics cocreados por él mismo: Timecop y The Mask. Desde entonces, la empresa ha tomado parte en la producción de más de 30 proyectos para cine y televisión.
Dark Horse Deluxe inició operaciones en 1998 para producir mercancía relacionada con sus propias publicaciones, pero pronto se expandió también a franquicias de videojuegos, cine y televisión, ofreciendo productos de alta calidad y ediciones limitadas de juguetes, esculturas, camisetas, loncheras, etcétera.
El futuro
En 2011, para celebrar el 25 aniversario de la compañía, Dark Horse lanzó una aplicación para la distribución digital de sus cómics. Además de la tienda virtual en su página web, logró un acuerdo para distribuir sus títulos a través de iTunes, colocándose a la vanguardia de lo que hoy día es parte fundamental del modelo económico del cómic norteamericano.
Al perder en 2014 los derechos de Star Wars se especuló mucho sobre el futuro de Dark Horse, pero la compañía se ha ganado un lugar en el mercado, y aunque no tiene algún título que pueda igualar la popularidad de aquella franquicia, su enfoque en abrazar y promover la diversidad apunta a que seguirá siendo parte importante de la industria por varios años más.
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