Por Raúl Wakko Hernández
En la nueva entrega del arácnido consentido de todos, la gente se está acostumbrando a la nueva vida en la que se reintegró a la sociedad a todos aquellos afectados por El Blip (nombre con el que se bautizó al chasquido de Thanos), quienes han regresado a la realidad con la misma edad con la que desaparecieron, aunque para el resto del mundo pasaron cinco años. El curso escolar está terminando, y el grupo social en el que se encuentra nuestro amigable vecino Peter Parker se dispone a tomar un viaje a Europa. Pete está consciente de lo mucho que le gusta MJ, y decide aprovechar el tour para poner en práctica un plan para decirle lo que siente por ella. Pero por supuesto que nada va a salir de acuerdo a ese plan, porque así lo dicta la Suerte Parker.
Resulta que unos seres a quienes llaman Elementales están atacando la Tierra, y el mismísimo Nick Fury decide reclutar al joven Vengador para esta misión, ayudado por Quentin Beck, alias Mysterio, quien proviene de una Tierra paralela, que fue destruida por estos monstruos, y que ahora tratará de evitar que lo mismo suceda en este universo.
Básicamente de eso se trata la película, y de cómo Spider-Man lidia con el duelo tras la muerte de Tony Stark, y el peso que siente sobre sus hombros al ser considerado de alguna manera su sucesor. Peter sigue siendo sólo un adolescente con mucho por aprender y por madurar, y empieza a vivir momentos en los que debe tomar decisiones importantes respecto a su vida personal y el bienestar común. Digamos que se vuelve a presentar la situación en la que se encuentra atrapado bajo los escombros, mientras piensa que será imposible salir, pero de una manera metafórica, pues esta vez los retos son diferentes. Parker se da cuenta de que los pesos pesados del Universo Marvel no están disponibles (por diferentes circunstancias) y que él tiene que hacerse cargo de la situación.
Tener a Mysterio y los alcances de sus habilidades son garantía de un gran espectáculo visual, y todo lo que va en la historia alrededor del personaje tiene un gran manejo de guion. No puedo decir mucho sin soltar spoilers, pero creo que justamente él es el elemento más destacado de la película, complementado por una gran interpretación de Jake Gylenhaal.
El reparto secundario va mostrando una evolución respecto a como los vimos en la anterior cinta, Homecoming, sobre todo MJ, que se muestra un poco menos huraña y ofrece un balance como la mente fría y ágil a la hora de resolver algún problema. Su historia con Peter es algo cursi, pero funciona muy bien. El mejor amigo de Peter, Ganke (perdón, Ned) sigue siendo uno de los elementos cómicos, y la lealtad que le tiene es muy importante para que los planes de éste no se descarrilen por completo. La amistad también es un superpoder, supongo.
Visualmente, la cinta es una joya. Las variaciones de tomas mientras Spidey hace sus acrobacias las vuelven en algo realmente emocionante. A su vez, las escenas de Mysterio son lo mejor, y toda esta cuestión tecnológica que es actualmente Spider-Man, hace que la variedad de elementos en pantalla sea un deleite para la pupila.
Spider-Man: Far From Home muy probablemente esté en mi top 3 personal de las películas del arácnido. Véanla de preferencia en formato IMAX, ya que sí está pensada para este tipo de pantallas. ⭐️⭐️⭐️⭐️ y 1/2.