Por Agustín Amezcua“Pepper”
Hemos conocido a los patos de Disney toda la vida, los hemos visto crecer y tener cientos de aventuras, sobre todo en la serie animada PatoAventuras. Pero pocos saben que los inicios de la pandilla, a excepción del Pato Donald, sucedieron en las historietas. Así es, la primera aparición del Tío Rico McPato (Scrooge McDuck) fue en la historia Only a Poor Old Man, publicada en Four Color Comics #386 (marzo de 1952), escrita y dibujada por la mente maestra que creó todo el Patoverso: Carl Barks.
Barks era un narrador tan extraordinario que su plumífero legado sigue siendo la base sobre la que se han construido todas las PatoAventuras, incluyendo la nueva serie animada y el tema que aquí nos atañe: su nuevo cómic, que en breve llegará a nuestro país por parte de Panini Comics México.
Curiosamente, entre 1952 y 2018 el pato magnate sólo ha estado lejos de las viñetas durante siete años. A lo largo de las décadas, sus historias han sido publicadas por los sellos Dell Comics, Gold Key Comics, Whitman Publishing, Gladstone Publishing, Disney Comics, Gemstone Publishing, BOOM! Comics y IDW Publishing, este último desde 2015.
Las nuevas historias (con una estética basada en los diseños de la serie animada moderna) son escritas por Joe Caramagna (Darth Vader, Venom Space Knight, The Amazing Spider-Man) y Joey Cavalieri (Elvira’s House of Mystery, Felicia Hardy: The Black Cat), con arte de los italianos Giuseppe Fontana, Gianfranco Florio y Luca Usai. Sumamente ágiles, las aventuras de DuckTales se sienten como miniepisodios de la caricatura, además de que manejan el mismo humor, dinamismo y calidad que siempre ha marcado a los cómics de Disney.
Los primeros dos números muestran a Hugo, Paco y Luis (Huey, Dewey y Louie) y a su tío Donald, extrañamente sobreprotector en esta versión, y sus aventuras antes de llegar a Patolandia. Estos números se sienten algo extraños, pues siempre hemos estado acostumbrados a que los niños vivan aventuras con su acaudalado tío, mientras que Donald simplemente era mencionado ocasionalmente. Sin embargo, estas primeras entregas ayudan a asentar el ritmo que veremos en futuros números y en la misma caricatura, donde Donald vuelve a ser el common man de los cómics originales, oscilando entre trabajos mientras busca una manera digna de ganarse la vida. En estos cómics también conoceremos un poco más sobre la historia de Della Duck, madre de Hugo, Paco y Luis, y por qué Donald es tan protector con ellos.
Definitivamente estas historias son un gran complemento para la caricatura, ya que los personajes en su versión impresa se sienten muy naturales, y no se perciben como pertenecientes a un medio distinto. El arte está sumamente cuidado, y no era para más, pues los dibujantes elegidos eran los encargados de ilustrar las historias de los patos en Italia, donde los cómics de Disney tienen una popularidad que no se ve en otros lados. Afortunadamente, para los fans del trabajo de Carl Barks y el Patoverso, su llegada a México bajo el sello de Panini acercará a los lectores mexicanos una de las historias más recomendables, divertidas y emocionantes que pueden leer en la actualidad.
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