Por Mauricio Matamoros. Publicado originalmente en Comikaze #17 (julio de 2012).
En Unbreakable (M. Night Shyamalan, 2000), filme de particular sensibilidad para la escena del coleccionismo y las filias, el personaje interpretado por Samuel L. Jackson tiene una desaveniencia con un posible cliente de su peculiar galería.
Cuando éste intenta adquirir una pieza de arte original de 1968, trazado por un autor clásico de la historieta estadounidense, como regalo para su hijo de cuatro años, el galerista, fúrico, le explica que se trata de una obra de arte y no de un juguete, en la que puede observarse la evolución de un artista y el especial énfasis emotivo puesto por el autor en sus personajes.
Es decir, la página de un cómic, en muchas ocasiones (aunque no reparemos en ello) nos ofrece un acercamiento a la fuerza creativa de un autor, sea durante momentos gratos o deprimentes.
El conjunto de las páginas de los diversos títulos de Spider-Man puede llegar a ofrecer un cúmulo extraordinario de interpretaciones humanas, si analizamos cuidadosamente sus líneas y sus palabras, si investigamos la situación de sus autores al momento de su labor creativa.
Así, el trabajo de Steve Ditko con Spider-Man no es sólo trascendente por la consagración del personaje como parte de una de las narrativas más leídas durante el siglo pasado, sino igualmente para la evolución dramática y formal del ámbito de la historieta. Y en ese aspecto, el arte de Ditko ha sido uno de los más elocuentes y recordados de este medio.
En los 38 números de The Amazing Spider-Man (más el Amazing Fantasy #15, con la primera aparición del personaje, anterior a su título mensual) realizados por Ditko al lado de Stan Lee, se creó la parte más importante de la galería de grotescos enemigos del personaje, la neurótica y demencial personalidad vapuleada del eterno perdedor Peter Parker, así como el elenco de amigos que aseguran a cada episodio las sonrisas y, en mayor, medida, las lágrimas y molestias. Las páginas de esos casi 40 episodios son prácticamente una crónica del autor de historieta imbuido frente a un restirador y su creación, trasladando en metáfora el cúmulo de ideas que lo forman como individuo.
Nacido el 2 de noviembre de 1927 en Pensilvania, Ditko partió de su ciudad natal con rumbo a Nueva York en 1950, con el objetivo de asistir a la Cartoonist & Illustrators School (ahora conocida como The School of Visual Arts), instituto que contaba entre sus fundadores a Burne Hogarth (Tarzan) y en la cual Ditko fue pupilo de Jerry Robinson, arquitecto del Caballero Nocturno junto con Bob Kane.
Para 1954 comenzó su carrera profesional, principalmente para la editorial Charlton, antes de trabajar para el sello Timely a partir de 1956. Durante los siguientes seis años, Ditko prácticamente en historias de ciencia ficción y horror, en las cuales una aparente búsqueda expresionista creó una animadversión en los lectores de su obra. Y es que los rostros, los cuerpos e inclusive el montaje de viñetas en sus páginas era una exageración contenida.
Es decir, a pesar de los grotesco que pudieran verse sus personajes y sus escenarios (tomando en cuenta la naturaleza fantásticas de las historias) lograban ser identificados claramente por el lector, pero en el detalle se hallaba el mensaje de lo que pasaba internamente con los personajes, actores de la obra de Ditko.
Cuando Stan Lee llegó con el ofrecimiento para ilustrar a Spider-Man, Ditko estaba a punto de reventar ante lo rutinario de las historias fantásticas que durante los últimos años había realizado para el sello (alrededor de 200), así como de tener poco control sobre las mismas. Con la transformación de Timely en Marvel Comics, el perfil editorial igualmente cambió, llevando a Lee a delegar de cierta forma el rumbo de las historias, aunque sin perder el control total. Entonces surgió el conocido método Marvel, haciendo que tanto Jack Kirby como Steve Ditko se transformaran en (mucho) más que los ilustradores de sus respectivos títulos.
De hecho, la idea original era que Ditko solamente entintara la primera entrega de Spider-Man, de la cual Kirby ya había dibujado las primeras cinco páginas; pero cuando Ditko la leyó, encontró muchas similitudes con The Fly, personaje de Archie Comics, por lo que persuadió a Lee para que cambiara la historia y le encargara totalmente el arte del título.
Stan Lee entonces le dio una línea argumental a Ditko, quien a partir de esta creó un complejo melodrama de 38 números, publicados entre 1962 y 1966, entregando importantes guías a seguir para el cómic de superhéroes en los siguiente años.
Su constante batalla con Lee, para darle la misma importancia a Peter Parker que a su alter ego, mantener el tono trágico del personaje, así como los rasgos físicos de personajes como J. Jonah Jameson (cuya cara de hiena y violenta reacción en contra de Spider-Man lo convirtió en un verdadero enemigo de los lectores), fueron una demostración clara del espíritu combativo y rebelde de Ditko.
Aquella férrea individualidad de Ditko, así como su sentido de la responsabilidad y la justicia (que se vieron reflejados cabalmente en sus historias con el Arácnido), fueron las mismas razones que lo llevaron a salir de Marvel Comics (luego de otro gran momento en Doctor Strange), tras no poder controlar totalmente a sus personajes y no obtener las regalías prometidas.
Fue en este punto que la búsqueda y los motores que impulsaban a Ditko se volvieron prácticamente una vocación, al tomar al objetivismo (filosofía creada por Ayn Rand, a partir de sus novelas The Fountain Head y Atlas Shrugged, y en las cuales se habla prácticamente del balance de la vida, con base en el desempeño casi heroico del individuo, respondiendo a sus tareas de manera ejemplar, en un mundo que no permite los tonos) como forma de vida e inspiración de su entonces subsecuente obra: The Question y Mr. A.
A pesar de lo polémica y esquemática que puede llegar a considerarse esta visión, ese momento creativo de Ditko fue esencial para inspirar obras como Watchmen y The Dark Knight Returns, melodramas superheroicos que no sólo trastocaron al cómic desde su aparición, sino igualmente a una buena parte de la narrativa pop en todos los medios.
Alejado prácticamente de la escena historietil, esporádicamente aparecen algunas publicaciones independientes con su trabajo (historias de The Creeper y Shade, The Changing Man, fueron presentadas a inicios de esta década por DC Comics).
Fallecido el 27 de junio de 2018, Steve Ditko fue una especie de mito creado en las mismas páginas de los cómics, aunque desde algún estudio entre las calles de Nueva York, continuó inspirando a toda una industria por décadas.
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