Por Everardo Ferrer
Estamos ante uno de esos raros casos en los que una obra es lanzada de manera simultánea en dos países. En esta ocasión sucedió gracias a la alianza de Boom! Studios y Editorial Kamite, y no era para menos, pues el tema desarrollado en este título es de gran importancia para ambos países, ya que se trata nada menos que de la forma en la que los cárteles de las drogas se han vuelto cada vez más despiadados en su avance criminal, alcanzando niveles de violencia que hacen palidecer a cualquier historia de terror que conozcamos.
Mientras las autoridades mexicanas prefieren no sacar a la luz los verdaderos estragos que el narcotráfico causa a la sociedad y al país y las televisoras ensalzan la figura del criminal a través de las populares narcoseries, el guionista Justin Jordan y el reconocido artista mexicano Raúl Treviño presentan una historia cruda, pero espantosamente real y, por lo mismo, cercana y aterradora.
Conrad Marlowe es un agente de la DEA que vive de cerca la acción criminal. Ha visto caer a amigos y compañeros a manos del crimen organizado hasta que llega el momento en que, enloquecido, decide que ha llegado el momento de convertirse en algo más monstruoso que los monstruos y de hacer que la gente llegue a temerle más a él que a los cárteles.
Marlowe es dado por muerto, pero va dejando señales que sugieren lo contrario, así que la DEA decide enviar a alguien para buscarlo y detenerlo: su hija Danielle.
Tras lidiar con múltiples engaños y traiciones, la agente se encuentra con su padre, quien tiene una manera realmente retorcida de impartir justicia, al convertir en soldados a los huérfanos dejados por el narcotráfico, en lo que podríamos considerar parte de la Generación ¡Bang!, término creado por el escritor chileno Juan Pablo Meneses.
Sombra es una miniserie tan escalofriante como imperdible.