Por Miguel Ángel Hernández Cedillo
Jean Pierre Gibrat es unos de los autores europeos cuya obra es referencial para el cómic, con títulos como El vuelo del cuervo o La prórroga, experiencias exquisitas de ver y leer, con escenarios campestres bellísimos y paletas de colores bárbaras. Pero lo que más hay que celebrar de Gibrat son sus mujeres de rostros bellísimos, elegantes, tiernas, de ojos expresivos, cintura breve y piernas torneadas, con tanta personalidad, tan llenas de vida.
Es por ello que hoy les recomiendo rastrear una obra clásica del cómic erótico europeo: Pinocha (1995), escrita por Jean Luc Leroi e ilustrada por Gibrat, en la se dio un giro a la historia original de Carlo Collodi. Esta vez el protagonista cambió de género para volverse una preciosidad de piel blanca, cabello negro, largas piernas, labios carnosos y un par de pechos que, como era de esperarse, crecen cuando ella dice mentiras.
¿Y si esta creación no fuera ingenua como el Pinocho original y más bien tuviera una inclinación por el deseo? ¿Y si se volviera real? Es así que en su recorrido, Pinocha se encontrará con bribones que la dirigen por los caminos de la perdición y el sexo desenfrenado, mientras ella busca ciegamente ser amada.
Entretenida, divertida y con un arte buenísimo, se trata de un clásico del cómic para adultos que no pueden perderse.