Por Jorge Tovalín. Publicada originalmente el 2 de enero de 2012 en nuestro antiguo sitio web.
Finales de julio. Estamos en la sala de espera del aeropuerto, aguardando el vuelo que nos llevará a la ciudad de Tijuana, y de ahí a nuestro primer viaje a la San Diego Comic-Con. Varios amigos dibujantes esperan también en la misma sala. Un chico, sentado en el suelo, nota que mi chamarra tiene bordados dos parches con el logo de los Ghostbusters. Me saluda y me dice orgullosamente que él trabaja en el cómic de dichos personajes. Se llama Luis Antonio Delgado y es colorista de la editorial IDW. Sencillo y muy amigable, nos topamos con él varias veces en el centro de convenciones de San Diego e incluso comemos juntos en una ocasión, además de que nos brinda tips para la cuestión aduanal en nuestro regreso a México. Quedamos de seguir en contacto.
Hace ya varias semanas, con el pretexto de la salida al mercado de una miniserie de Ghosbusters, editada por IDW, en la que Luis fungió como colorista, el joven artista accedió amablemente a darnos una entrevista. Si bien la miniserie ha sufrido retrasos y muchos problemas para llegar a México (aparentemente el título tiene alguna restricción comercial), todo indica que en próximos meses se lanzará un recopilatorio.
Pero mientras eso sucede, chequen la entrevista que Luis, gran fan de los Ghostbusters y adorador de Stephen King (tiene un tatuaje de The Dark Tower) nos concedió.
Muchas veces se pasa por alto el trabajo de los coloristas de cómics. ¿Qué opinas al respecto?
Es entendible. En ComicBookResources.com leí una entrevista a un colorista que decía que nuestro trabajo es como la música en una película. La película pude seguir sin la música, pero esta te ayuda a ambientar y en ocasiones llega a ser importante como en Tiburón o Psicosis. Ése es nuestro trabajo.
¿Cómo entraste a la industria del cómic?
Es una historia curiosa. Estudié diseño gráfico en La Salle y frecuentaba mucho una papelería Lumen de la colonia Del Valle, cerca del Instituto México Primaria. Mi papá llegó a ir a esa tienda un par de meses antes de que yo terminara la carrera y en una de sus visitas vio el anuncio de una escuela de animación, dibujo e ilustración, y guardó el número telefónico. Me lo dio, pero lo dejé ahí. Por azares del destino no lo quise tirar.
Cuando terminé la carrera en 2005 estaba harto, no quería saber de trabajo ni de nada. Mi papá me dijo “¿Por qué no hablas a esa escuela?” Tardé un par de semanas en animarme y luego marqué, pero me dijeron “el cuate que da estas clases ya no trabaja con nosotros, pero aquí está su número”.
Marqué, era el teléfono del estudio de Raúl Cruz, Racrufi (reconocido creador de arte fantástico). Le comenté mi situación y me invitó a su estudio. Vio que tenía potencial y me dio la oportunidad de darme clases dos veces a la semana, por dos horas. Y ahí estuve, me enseñó poco a poco, primero acuarelas, luego acrílicos y después de un año de trabajar juntos en técnica tradicional comenzamos a colorear digitalmente.
Yo nunca había usado colores, siempre había dibujado con grafito y también mucho a tinta. Nunca fui bueno con las acuarelas, nunca me gustaron los lápices de color, no sabía usar más que el Illustrator. Era malísimo. Y Raúl me enseñó todo. Claro, él trata de decir que, obviamente, si no tienes talento pueden enseñarte, pero en realidad a él le debo todo.
¿Y qué pasó después?
Él había ido a la San Diego Comic-Con (la convención de cómics más importante del mundo), donde había conseguido trabajo antes y me dijo “Ve, anímate, hay un área de revisión de portafolios, lleva tu trabajo”. Entonces fui a la Comic-Con de 2007 y llegué al área de portafolios, que es un caos. Conseguir chamba ahí es prácticamente imposible. Yo estaba impactado, me sentía una hormiguita, son 120 mil personas y tú eres un moquito buscando chamba.
Salí el primer día muy deprimido y sacado de onda, ya me quería ir, pero iban a proyectar la película de Superman: Doomsday, así que decidí quedarme un rato. En eso se me acercó un tipo y me dijo “Tú hablas español, ¿verdad?, Ahí hay otro cuate que es mexicano, pero no habla bien inglés y tal vez puedas echarle una mano”. Te juro que no tenía ganas de ayudarlo, pero dije “bueno, tampoco puedo ser mala onda”, así que me quedé y lo conocí, su nombre es Ricardo Sánchez Arreola, de Toluca, y se dedica a dibujar cómics.
Lo ayudé y entonces ofreció presentarme a Tom Waltz, su editor en una compañía llamada IDW, que fue muy amable y vio mi portafolio, pero estaba muy atareado. Me dijo que le gustaba mucho mi trabajo pero no tenía tiempo de verlo, así que me dio su tarjeta y me dijo que cuando llegara a México le mandara mi trabajo. Tom me preguntó si ya había comido y me dijo que iba a comer con Ricardo, su esposa (una chica de Tijuana) y un grupo de amigos. Los acompañé y estuvo muy agradable el cotorreo y las copas, y como que Tom me dio un segundo vistazo.
Regresé a México, le mandé mi chamba y unos dos meses después me dijo que me tenía trabajo, era para Gene Simmons House of Horrors, doce páginas dibujadas por Ricardo. De ahí hice Underworld 3: Rise of the Lycans. Estuve a punto de aceptar un trabajo de ilustrador en el periódico Reforma, y habría sido horrible, porque no nací para tener chamba de pararme a las siete de la mañana para ir a trabajar. Pero me llegó esto de Tom.
Le gustó mucho mi trabajo y me ofreció mi primera miniserie de cinco números. Yo estaba extasiado porque era mi primer año trabajando en el medio. Y de pronto, de la nada, me dejó de dar chamba durante un año, pues los proyectos en los que ya había estado tenían equipo completo, así que tuve que sobrevivir como pudiera, haciendo storyboards e ilustración. Luego me volvió a dar chamba poco a poco, cuando necesitaba algo urgente, hasta que en 2010 agarré mi primer cómic de Ghostbusters, llamado Con-volution!, un one shot (historia de un solo número) que sucede en una convención de cómics.
El siguiente fue el número de Halloween de ese año (What in Samhain Just Happened?!), que fue el primero que hice con Dan Schoening, que es un genio y dibuja rapidísimo. Lo más curioso es que el escritor de ese cómic era Peter David. ¡Imagínate cuando vi el nombre! ¡Peter David!
Con respecto a Schoening, es pesado trabajar con él porque es de esos que si olvida dibujar una flor en una esquina, te pide que la cambies, aunque de todos modos vaya a ser cortada de la página final. Es muy obsesivo, pero me dijo que no le daba tiempo de hacer los trazos y colorear todo el trabajo solo, por lo que me preguntó si quería trabajar con él. Me mandó una prueba, la hice y le gustó.
Después del especial de Halloween me aventé los dos cómics de Star Trek: Infestation y me ofrecieron una miniserie de Duke Nukem. También trabajé con una compañía pequeña llamada Commited Comics, para un proyecto llamado God Among Men.
Y al mes siguiente me ofrecieron la miniserie de los Ghostbusters, cuyo primer número (con 20 mil copias) se agotó, por lo que se tuvo que hacer una segunda impresión. La escribe Eric Burnham, escritor de Infestation (historia de zombies que tuvo lugar en los cómics de Transformers,G.I. Joe, Star Trek y Ghostbusters) y la dibuja Dan Schoening. La miniserie sucede unos años después de la segunda película. Si eres muy fan de los Ghostbusters te va a encantar. Aquí luchan contra una nueva entidad, un nuevo enviado de Gozer. Y en ella descubres que Ray tiene una conexión extraña con Gozer.
¿Qué es lo que más te divierte de trabajar en Ghostbusters?
Qué te puedo decir, el cómic me gusta muchísimo, siempre fui fan de los Ghostbusters, obviamente no vi la película en cine pues todavía no había nacido, pero fui muy fan de las caricaturas, el hombre de malvavisco siempre fue mi personaje favorito, tenía todos los muñecos y también el Ecto-1, que me fascinaba. Al basarse en una película la gente puede ser muy prejuiciosa con los personajes y decir “Egon no haría esto, Rayno haría esto”, pero afortunadamente han aceptado mucho nuestro trabajo con Los Cazafantasmas. Y yo disfruto mucho con ellos pues me da la posibilidad de trabajar con colores que nunca podrías usar en otros cómics.
¿Quién es tu Cazafantasmas favorito?
Siempre fui fan de Peter, desde chico. Creo que todos somos fans suyos porque es el más atrevido, el que conquista a las chavas y por eso todos queremos ser como él. Pero ahora que soy mayor, mi favorito es Ray, porque es un niño grande, es realmente quien soy yo, pues la gente puede decirme que soy un niño de 28 años. Y las caras que dibuja Dan de Ray son fabulosas, con una ceja aquí y otra acá.
¿Cómo te ha ido trabajando estos cuatro años con IDW?
Mi experiencia ha sido muy buena, muy positiva, todo mundo respeta tu trabajo, tus tiempos y tus pagos. El dueño tiene la regla de que no sale un cómic a la venta a menos que tenga los vouchers de todos los creativos. DC y Marvel a veces se tardan mucho en pagar, pero IDW no. Además me han dado mi propio acceso a su servidor para mandar mis archivos pesados. Ahí está disponible las 24 horas, porque trabajo con gente de Australia y de Inglaterra.
¿Qué otros planes tienes en el medio?
Además de trabajar con Ghostbusters, seguir en otros proyectos de IDW y continuar creciendo en otras editoriales. Podría trabajar en DC Comics con un personaje que no me interese, pero lo que realmente disfruto es Ghostbusters, pues soy gran fan de ellos. Trabajar con Dan es fabuloso, pues cada vez que me llega una página suya, mi primera reacción es “¡Wow!” y un segundo después es “¡Fuck!” porque tengo que colorear lo que él dibuje.
Con el color de Ghostbusters soy muy meticuloso, trabajo a mano alzada, no me gusta seleccionar áreas. Si una línea me queda chueca, la hago cinco veces hasta que queda, por eso estoy trabajando turnos de hasta quince horas para terminar las páginas de Dan. Así que dormirme a las tres de la mañana se ha vuelto una costumbre (Nota: Para colorear una página normal, Luis se tarda ocho horas, pero ocupa hasta 16 para colorear el arte de Schoening).
Mi día laboral empieza a las nueve, me tardo diez minutos en bañarme y veinte en comer. Salgo tres veces a la semana a correr y después de eso me pongo a darle. Tengo la televisión prendida y pongo música en las mañanas, veo el futbol y todos los deportes que me encuentro porque estoy en mi casa todo el día. La última portada de Ghostbusters la terminé a las cuatro de la mañana y me levanté a trabajar cuatro horas después.
Entonces se trata de un trabajo muy solitario…
Sí, pero soy una persona que no puede estar alrededor de más personas trabajando. A veces digo que soy como un niño, pero más bien soy como un perro que está volteando hacia todos lados. Si trabajara en una oficina me pararía todo el tiempo, me distraería por completo. No puedo estar quieto, tengo que estar solo.
Conoce más de nuestro entrevistado en
Instagram https://www.instagram.com/luis_the_colorist/
Deviantart https://www.deviantart.com/luisdelgado