Por Humberto Rivera Montoya
Una de las cosas que nos hacen sentir orgullosos de vivir en la época que nos tocó, a pesar de las calamidades que se nos han presentado últimamente, son sucesos y eventos como el 40 aniversario de una de las películas más veneradas, admiradas, vistas y, por supuesto, leídas en la Historia de la Cultura Popular: Star Wars – Episode V: The Empire Strikes Back.
Puedo escribir párrafos sobre las maravillas de esta cinta y lo mucho que llegó a influir en mi vida personal y hasta profesional, pero en este espacio quiero dar énfasis a la gran adaptación que Marvel Comics publicó en aquél ya lejano 1980, misma que no habríamos visto si La Casa de las Ideas hubiera mantenido su renuente posición de no publicar la adaptación de la primera película. Pero al final todo se alineó para que la historia de George Lucas salvara de la bancarrota a Marvel.
Muchos de los cómics de Star Wars tienen como atractivo contar historias que van más allá de las películas. Se puede decir que son el pilar principal de una cronología que sólo los fans de la saga entienden, además de que dan más contexto a los sucesos que vemos en pantalla de un modo que sería imposible realizar en aquel formato.
Pero al margen de esos grandes arcos están las adaptaciones de las películas (en especial las de la trilogía clásica), que son otra forma de atraer a una galaxia muy, muy lejana a fans y curiosos. En tiempos en que el home-video no era tan accesible y el Internet no existía como lo conocemos, tener en las manos un cómic de una película y poder llevarlo a casa para leer en cualquier parte era era casi como estar de nuevo en la sala de cine.
En el caso de las historietas de Star Wars, la lectura te hacía reproducir mentalmente los diálogos, efectos de sonido, y hasta las notas del score musical realizado por el magnífico John Williams al tiempo que apreciabas cada viñeta. Recorrer las páginas de esas adaptaciones en la comodidad de tu recámara o en cualquier rincón del hogar elegido para disfrutar del noveno arte te transportaba nuevamente a esa fascinante historia…
Hace mucho tiempo, en Marvel Comics…
Sabemos bien que Star Wars es una inagotable mina de oro, y por fortuna en el noveno arte no ha habido decepción pese a que las adaptaciones de películas a cómic son en su mayoría poco digeribles, por no decir, malísimas. En el caso de Star Wars, el recibimiento por parte de lectores y fans fue positivo desde la adaptación en 1977 del ahora llamado Episode IV: A New Hope. Su éxito llevó a Marvel Comics a realizar otras adaptaciones, y en la actualidad las dedicadas a las primeras películas de Star Wars son las que mayor tiraje y ediciones tienen.
El éxito de aquella primera película se reflejó en su cómic, y con ello hubo más historias por contar a partir del séptimo número. Era un título que gozaba de buena salud comercial y estaba entre los más vendidos de Marvel en esos tiempos. Roy Thomas y Howard Chaykin, autores de los primeros números, dejaron el título en manos de Archie Goodwin y Carmine Infantino a partir de la undécima entrega para seguir con lo que hoy se conoce como el Universo Expandido de Star Wars.
Para cuando llegó el momento de publicar la adaptación de The Empire Strikes Back se habían publicado 38 entregas, sin interrupciones, a lo largo de tres años, sin cambios de periodicidad y sólo con relevos en el equipo creativo. En algún momento de 1979, Goodwin recibió el llamado de Lucasfilm para acudir a las oficinas del estudio en California. La razón era que debía comenzar los preparativos para adaptar la segunda película de la saga.
Goodwin recibió todas las facilidades para revisar y usar cuanto material impreso deseara, desde fotografías de locaciones y actores, hasta sketches originales del gran Ralph McQuarrie o el storyboards realizado a lápiz por Joe Johnston. En palabras de Goodwin, publicadas en uno de los espacios editoriales del título, estar en Lucasfilm y revisar cerca de diez mil imágenes era sorprenderse y amar cada minuto que pasaba haciendo esa labor.
Después de escoger 750 imágenes y con una copia del guion escrito por Leigh Brackett y Lawrence Kasdan, Goodwin regresó a Nueva York para trabajar en la adaptación de la nueva entrega de Star Wars. El trato que Goodwin recibió de Lucasfilm demostraba la gran confianza que la empresa de George Lucas le tenía a Marvel Comics, sobre todo considerando que desde siempre se había manejado con mucho hermetismo.
De Colombia para el Imperio
Jim Shooter, editor en jefe de Marvel Comics, y Carol Titelman, entonces directora de arte, servicios creativos y editoriales de Lucasfilm, sugirieron a Goodwin que quien debía dibujar la adaptación de The Empire Strikes Back Back era Al Williamson. Nacido en Nueva York, Williamson vivió toda su infancia en Bogotá, Colombia, y contaba con una buena reputación por sus trazos en títulos como Weird Science y Weird Fantasy para EC Comics.
Se dice que George Lucas escogió a Williamson por su trabajo en Flash Gordon para King Features. Hay que recordar que Lucas quería hacer una adaptación de este personaje antes de comenzar su propio proyecto, y tal vez la sugerencia de Titelman y Shooter buscaba complacer al creador de la saga. Al margen de eso, Williamson era reconocido por fans y colegas tras seguir los pasos de Alex Raymond, creador de Flash Gordon, y recibió el Premio Nacional de la Sociedad Caricaturistas en 1966.
Anteriormente la gente de Marvel y el mismo Goodwin habían hablado con Williamson para pedirle que se integrase al título, pero al principio el artista no estuvo muy convencido debido a la carga de trabajo y compromisos que tenía, y dado que era un poco perfeccionista y además fanático de la película, prefirió rechazar la propuesta de dibujar historias de Star Wars para no quedar mal.
Pero en el caso de la adaptación del Episodio V, la situación fue un poco más fácil: durante trece años Goodwin escribió los guiones que Williamson dibujaba para la tira de otra creación de Alex Raymond: X-9 Secret Agent Corrigan (o Agente Secreto X-9, como lo conocimos en México). Por coincidencia ambos dejaron ese trabajo y Goodwin aprovechó para animar a Williamson a considerar la invitación a trabajar en Star Wars y unirse al proyecto de El Imperio Contraataca (título que la cinta recibió en México).
Williamson seguía dudoso por los tiempos de entrega y la carga de trabajo que implicaba una adaptación de ese calibre, lo que aunado a su perfeccionismo no hacía viable su participación. Pero fue otro artista oriundo de Bogotá, Colombia, quien logró que Williamson entrara al proyecto: Carlos Garzón, artista multifacético y autodidacta que trabajó en cómics desde horror y suspenso hasta de personajes de los Looney Tunes.
Garzón fue entintador de Williamson durante mucho tiempo en Agente Secreto X-9 y dibujó el cómic de Flash Gordon editado por la extinta Gold Key, que buscaba seguir el estilo que Williamson desarrolló cuando lo dibujaba en los años 60. Garzón se integró al equipo porque Williamson se lo pidió para sentirse respaldado, y como ya habían trabajado juntos, aceptó la propuesta. Así que podríamos concluir que la afición hacia Flash Gordon de la generación a la que pertenecían Lucas, Goodwin, Williamson y Garzón fue la raíz para que esta adaptación se lograra de la forma en que se dio.
Dos versiones, todo un coleccionable
Al principio se pensó publicar la adaptación de El Imperio Contraataca en un volumen de pasta blanda antes de que apareciera dentro del cómic de Star Wars. Williamson y Garzón planearon la diagramación de las viñetas para esa edición, que a simple vista podría confundirse con la novelización en prosa de la película, excepto por la portada de Bob Larkin, quien durante los años 70 y 80 hizo las cubiertas de varios tomos compilatorios de Marvel y a quien tocó ofrecer la primera vista en anaqueles a la nueva aventura de Luke Skywalker y sus amigos.
Las medidas de aquella primera edición de El Imperio Contraataca eran las de un libro de bolsillo cualquiera, bastante pequeño e inusual para un cómic. Conocida como The Marvel Comics Illustrated Version of The Empire Strikes Back, salió un par de meses antes que la película y, sin tanta cultura del spoiler como la que existe en la actualidad, no fue un factor que afectara la experiencia de verla en cine por primera vez.
Lo interesante de esta edición fue algo que ni Marvel ni el equipo creativo tenían pensado: Lucasfilm terminó la producción cuando la adaptación ya había entrado a prensas. Para presentar al maestro jedi Yoda, Marvel tenía como referencia los diseños de Ralph McQuarrie, pero no como lo vemos en pantalla. Ya era demasiado tarde para revirar ese “error”, pero Marvel tenía planeadas dos ediciones más en adición a la del título regular, así que Williamson y Garzón tuvieron la oportunidad de cambiar al Yoda “concepto” por el original.
Aprovechando la situación, Marvel cambió también el trabajo del colorista Carl Gafford por el de la entonces esposa de Len Wein, Glynis Oliver. Así que 20 días antes del estreno de la película apareció una nueva versión de la adaptación con los títulos Marvel Super Special #16: The Empire Strikes Back y Marvel Special Edition 2: The Empire Strikes Back, para las que además hubo que ajustar el diseño de los paneles debido a que ambas tenían el formato “oversized”, de mayor tamaño.
En el título regular la historia comenzó en el número 39, un mes después de estrenada la película, con portadas de Williamson y Garzón exclusivas para cada entrega, costumbre que era un “gancho” para que fans y coleccionistas adquirieran otra vez la misma historia. Además, Marvel subió el precio del cómic de 40 a 50 centavos. En el número 41, Goodwin comentó en su espacio editorial las discrepancias entre esta edición y la del formato compilatorio, y ese texto se agregó a las nuevas ediciones que Marvel sacó en 2015.
El número 42 de la serie, la parte cuatro de seis de la adaptación, es uno de los más cotizados entre coleccionistas y fans de Star Wars por ser considerado el cómic donde aparecen por primera vez Boba Fett y Yoda en sus versiones de cómic, a pesar de que ya habían aparecido en las ediciones compilatorias.
Una joya imperial
Debido a los tiempos de producción de la película, el cómic presentó escenas eliminadas del corte final de cine, sobre todo escenas en el planeta Hoth, donde vemos más sobre la sanación de Luke en el tanque bacta, un primer beso entre hermanos (el que vimos en la película era en realidad el segundo) y una batalla entre rebeldes y una horda de feroces wampas. Una sorpresa fue que se eliminó la escena del gusano en el asteroide, pues Lucasfilm quería que la aparición de esa enorme criatura sorprendiera al público y reservó esa parte sólo para el cine.
Sin embargo, Marvel sí incluyó la escena con Darth Vader y Luke Skywalker donde el Lord del Sith revela que es su padre, considerada por los fans como la mejor escena del cine de todos los tiempos, y algo que entre comiqueros y lectores de aquellos años se cree que es el spoiler más grande en los cómics de la época. A pesar de ello, la información no salió del nicho y los nerds que leyeron el cómic antes de ver la película lo guardaron como un secreto muy valioso. Un dato secreto “para tiempos más civilizados”, como diría Obi-Wan Kenobi.
La adaptación de The Empire Strikes Back destacó por el limpio y preciso trabajo de Goodwin, Williamson y Garzón. En general gustó tanto el trabajo de la dupla de artistas, que les pidieron encargarse de la tira cómica semanal para periódicos, y repitieron en la adaptación de Return of the Jedi. Más allá de la polémica causada por la película (a algunos fans no les gustó que Han se quedara con Leia, que ganaran “los malos” y que fuera poco inclusiva), la reacción de los lectores fue positiva y las cartas a la editorial expresaban satisfacción por el gran trabajo realizado. Sobra decir que los dos formatos de la adaptación llegaron bajo licencia a otros países, incluido México.
También es notable que en 1997, cuando resurgió la euforia por Star Wars con sus Ediciones Especiales, las adaptaciones hechas por Williamson y Garzón se reimprimieron, en tanto que la de A New Hope fue reemplazada por una nueva versión a cargo de Bruce Jones, Eduardo Barreto y… Al Williamson. El único cambio fue en el trabajo de color, que es donde las tres adaptaciones de estas películas tuvieron modificaciones respecto a sus versiones originales.
Cuarenta años después se puede decir que, así como esta película es considerada la mejor de toda la saga, el cómic es tratado de igual manera por los fans. Al leerlo notamos que la historia puede ser contada en muchos formatos, y la reacción del público siempre será la misma: satisfacción, emociones al por mayor y gratitud por vivir en esta época para disfrutar de El Imperio Contraataca.
Artículos relacionados
+Star Wars: el poder de La Fuerza y sus cómics en México
+TOP 10: Los mejores cómics del Universo Expandido de Star Wars
21 mayo, 2020
Excelente reseña…