Por Joel Cuéllar López
Existen prejuicios y estereotipos muy conocidos respecto a medios como la historieta o la animación. Usualmente se les ata a un género particular (superhéroes en el caso de la historieta) o a una audiencia específica (a los niños en el caso de la animación), y aunque dichas ideas son cada vez más obsoletas, siguen influyendo en el pensamiento de muchas personas.
Es debido a esto que proyectos como Pancho Villa toma Zacatecas (2013) suelen tener una acogida tibia, puesto que no encajan en lo que se cree que el mercado consume. Esto tiende a dar como resultado una pobre promoción que a su vez se ve reflejada en pocas ventas: una profecía autocumplida que perpetúa el círculo vicioso. Y a veces se dan proyectos interesantes y hasta loables, pero que no caben dentro de los esquemas comunes en los que encasillamos tanto a la historieta como a la novela histórica.
Además de lo anterior, debemos reconocer que vivimos en un mundo donde el medio impreso se vuelve cada vez más escaso, y que para sobrevivir ha tenido que afianzarse en los nichos en los que el pasar las hojas se considera un valor añadido.
Si este trabajo se hubiera editado hace treinta años probablemente se hubiera decidido hacer una edición de varios tomos y lo más económica posible, tal vez incluso como parte de una colección más grande, pero la realidad actual hizo que Editorial Sexto Piso, junto con CONACULTA y el INBA, decidieran editarlo como una novela gráfica, en una edición de pasta dura, mucho más cercana al libro objeto que a una historieta dominical, reflejando una realidad de mercado enfocada en nichos y no en la masificación que caracterizó el siglo XX.
El título de la obra sintetiza claramente su contenido al describir uno de los episodios más importantes de la revolución mexicana. Los combates y personajes más emblemáticos de esta batalla son descritos con el singular estilo de sus autores, sin intentar ser un recuento pormenorizado de los acontecimientos. Basta decir que el peso de este triunfo de la División del Norte ante las fuerzas leales a Victoriano Huerta fue de tales dimensiones que éste último firmó su renuncia menos de un mes después de la batalla (julio de 1914), con lo que la toma de Zacatecas se convirtió en un hito en la historia de la Revolución Mexicana.
Previo a convertirse en el actual director del Fondo de Cultura Económica, Francisco Ignacio Taibo Mahojo, más conocido como Paco Ignacio Taibo II (Gijón, Asturias, 11 de enero de 1949, naturalizado mexicano el 4 de abril de 1984) fue un reconocido escritor, periodista y activista político, conocido por proyectos como la Brigada para Leer en Libertad y la Semana Negra de Gijón. Taibo II se convirtió en un periodista experto en Francisco Villa, generando una amplia biografía, un documental para televisión y esta novela gráfica.
Héctor de la Garza Batorzki, quien firma como Eko, nació en Nuevo León el 16 de septiembre de 1958. Estudió diseño gráfico en la Universidad Iberoamericana y diseño de cartel con Wiktor Gurkha. Dibujante, ilustrador y grabador con predilección por el alto contraste, ha publicado en periódicos de Estados Unidos, Francia, Alemania y México. Entre sus obras encontramos Denisse (1990), con prólogo de José Luis Cuevas y Aforismos y máximas (2011).
Eko ilustró esta obra con 300 grabados en blanco y negro, en los que encontramos influencia del expresionismo alemán (en específico del portafolio Der Krieg de Otto Dix), de José Guadalupe Posada, del Taller de la Gráfica Popular, de la revista New Masses y de la propaganda socialista de principios del siglo XX en Europa. ¿Por qué estas influencias? ¿Por qué en blanco y negro? Para el ilustrador la guerra es una tragedia, no tiene un lado amable y siempre es terrible. El color sería una distracción, una trampa visual que impide reconocer la terrible realidad de la guerra.
Los autores mencionan que el trabajo de investigación histórica ya estaba hecho cuando comenzaron el proyecto, por lo que se concentraron inmediatamente en la realización del guión y las ilustraciones, trabajo que les llevó alrededor de año y medio. Además, trabajaron con total libertad creativa, lo que les permitió obtener una obra de la que se sienten orgullosos y que tuvo una buena recepción en nuestro país. Cabe señalar que a pesar de ser un tema tan mexicano, la obra ha sido distribuida en todo el mundo de habla hispana gracias a la unión de las instituciones públicas con la iniciativa privada.
Sin duda un proyecto interesante, cuyo punto fuerte son los grabados utilizados para la ilustración, ya que el texto es breve. Recomendable para aquellos aficionados de la historia de la revolución mexicana o de Pancho Villa en específico, así como para aquellos amantes del noveno arte interesados en proyectos tan sui generis como este.