En este segundo volumen de las aventuras del personaje de Edu Molina, el autor nos presenta oficialmente a Tito, quien en el libro anterior demostró su valía para convertirse en el complemento perfecto de El Sombra, un nada ejemplar detective privado adicto a La Felicidad, droga sintética cuyos efectos lo convierten en un músico virtuoso.
Sin perder el espíritu noir establecido en la entrega anterior, esta nueva aventura nos ofrece un entorno distinto, ya que se desarrolla en un país que se encuentra regido por una dictadura, reflejo de lo que el autor vivió de primera mano en su natal Argentina.
El espíritu argenmex aflora en Molina y esto se manifiesta en dos personajes propios de la cultura popular mexicana: un mariachi y un luchador enmascarado llamado Ave Fénix, además de una horda de zombies que resulta ser un montón de vendedores ambulantes, lo que reafirma que Edu tiene ya un buen rato viviendo en México. El barroquismo en el arte es brutal.
El tomo, publicado por Editorial Resistencia, incluye una historia intermedia escrita por Pablo Barbieri, en la que se revelan los orígenes de El Sombra y Baby Face, su archienemigo, así como la aparición de la femme fatale Madamme Voulez Vouz.
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